DV. Un trabajador del centro de acogida de menores que la Diputación tiene en Deba tuvo que ser evacuado ayer en ambulancia tras haber inhalado humo en un incendio ocurrido a primera hora de la tarde. Según informó el departamento vasco de Interior, el incendio se declaró hacia las 12:50 horas en un colchón de uno de los dormitorios del centro, situado en el barrio de Endoia, que acoge a varios jóvenes inmigrantes bajo la tutela de la institución foral.

Fueron los propios responsables del albergue los que se dieron cuenta de que salía humo de una habitación. El fuego provocó importantes daños en esa dependencia y los bomberos decidieron hacer una revisión del estado del edificio como medida adicional de precaución. Uno de los trabajadores resultó afectado por inhalación de humo y fue trasladado en ambulancia a un centro sanitario tras ser atendido en el lugar por los servicios de emergencia. Ninguno de los menores residentes en el albergue sufrió heridas y todos se alejaron de la zona de peligro por sus propios medios.

Interior indicó que hay fundadas sospechas de que el incendio fue provocado. Hace menos de un mes se produjo de hecho un episodio muy similar en otro centro que la Diputación tiene en Hernani. En aquella ocasión uno de los menores prendió fuego a un colchón al apagar un cigarro para evitar ser descubierto por los monitores (está prohibido fumar en el interior del albergue).

El de Deba es uno de los centros de menores que mayor polémica generan. El albergue acoge algunos de los inmigrantes más conflictivos. Se abrió en febrero para encauzar a los chavales con problemas de conducta que no se integraban en la red de acogida básica y desde entonces se han sucedido las denuncias por parte de los vecinos de las localidades de la zona. Los mismos chavales han llegado a presentar denuncias por abandono y malos tratos contra los monitores y el personal encargado de su vigilancia y tutela.

Una «minoría»

La Diputación, no obstante, aseguró en abril que «la conflictividad de los menores acogidos en el centro de Deba ha bajado», lo que ha permitido una «mejora» en el funcionamiento de las instalaciones. La responsable de Política Social, Maite Etxaniz, compareció en Juntas Generales para analizar el problema causado por los adolescentes más problemáticos, una «minoría» de los 180 acogidos en la actualidad.

Etxaniz quiso dejar claro que la mayoría tiene «una conducta buena», en algunos casos «ejemplar», y sólo un 10% se resiste a cumplir con las normas de convivencia. Hay una veintena de chavales que reniega de «cualquier intervención y ha acabado imponiendo un funcionamiento transgresor en muchos de los centros, haciendo imposible la convivencia en ellos y en el entorno», lo que empujó a la institución foral a poner en marcha un recurso específico en Deba para tratar a los más conflictivos.

Por su parte, SOS Racismo ha denunciado que en el centro de Deba no se respeta el derecho de los menores a acceder a recursos educativos y que «no reciben ninguna atención específica» ni tratamiento terapéutico por el consumo de drogas. En opinión del miembro del colectivo Peio Aierbe, el recurso de Deba es un «centro de no retorno» que «busca una finalidad clara», que consiste en que estos menores «abandonen Gipuzkoa y se busquen la vida en otros lugares».