HOJEANDO / ZAPEANDO

Hasta en la sopa, racismo

El Mundo, VÍCTOR DE LA SERNA, 07-07-2009

El pasado día 3, la agencia Europa Press difundía una noticia que empezaba así: «El cantaor Pitingo y el guitarrista Juan Carmona han presentado una denuncia ante la Policía por un ‘incidente racista’ el pasado 28 de junio, en un trayecto del AVE Sevilla – Madrid. Pitingo explicó […] el ‘trato vejatorio’ que ambos recibieron por parte de uno de los supervisores del tren, que terminó con la expulsión de Carmona en la estación de Puertollano».


La noticia, pese a referirse a un hecho tan conflictivo, no ofrecía más que la versión de una de las partes en el susodicho conflicto, la que forman el cantaor y el guitarrista. Una one – source story, una información de una sola fuente, como las facultades de periodismo enseñan a no hacerlas. Inimaginable en los tiempos de la gran EP de José Mario Armero y Antonio Herrero Losada, pero perfectamente imaginable en los grisáceos tiempos actuales.


Dos cosas notables: todos los periódicos que la reprodujeron (alguno, como El País, no lo hizo, y con buen criterio) se contentaron con la versión unidireccional de EP, salvo EL MUNDO, que tuvo el reflejo de incluir la versión – bien diferente, como se imaginan – de Renfe, pero este diario, como los demás, sucumbió a la tentación de colocar la palabra clave, racismo, en el titular: ‘Pitingo’ y un ex de Ketama denuncian ‘racismo’ en el AVE. Sí, entre comillas, pero el mero hecho de incluir la palabra en un titular es una decisión redaccional clave, porque se le confiere credibilidad y gravedad.


Y, sin embargo, si releen la entradilla de Europa Press, verán que lo de incidente racista, efectivamente entrecomillado, y que aparece esa única vez en todo el texto, no está claramente atribuído a nadie: ¿Quién lo dijo, Carmona o Pitingo? Porque las declaraciones a dos voces y a cappella no son habituales…


Luego está la curiosa declaración de Pitingo: el mismo revisor, otra vez, ya le había pedido a él, sólo a él, el billete en un vagón lleno, y por ser gitano… Pero la versión de Renfe, de bronca con unos pasajeros pendencieros, y que suena por lo menos tan verídica como la de los denunciantes, no es de ningún incidente racista. Lo que sucede es que en los periódicos nos aferramos con entusiasmo digno de mejor causa a todas las palabras – tabú de la corrección política: racista, homófobo, agresor…


Antonio Burgos lo explicaba bien en ABC: «Usted tiene un incidente con el supervisor del AVE, lo echan abajo del tren, y se queda en Puertollano de todas, todas, ¡vamos que si se queda! Y sin derecho a rechistar. No puede denunciar al supervisor por racismo. Pero si usted es de etnia gitana, o militante feminista, o profesional de la piompa, tiene más derecho que yo, porque a poco que yo intente simplemente hacerle cumplir el reglamento, estoy expuesto a que me denuncie por racista, por machista o por piompófobo».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)