El mundo de la prostitución es difícil de conocer, sobre todo, porque no existen censos oficiales y porque apenas se han realizado investigaciones sobre un sector donde, según insisten desde Amunod, «todo está controlado» por las mafias y los proxenetas.
El único estudio que ofrece una visión detallada de esta realidad oculta es el realizado por la Conselleria de Bienestar Social y las universidades. Se trata del informe sobre «La prostitución de la Comunitat Valencia», donde sus autores desbancan algunas cifras tradicionales y no oficiosas como el número de mujeres que se prostituyen en la autonomía.
Más de 7.500 prostitutas ejercen en la Comunitat, un volumen alejado de los 20.000 aportados a través de extrapolaciones de estudios de otras regiones. Aun así, se trata de una cifra que hay que tomarla también con reservas ya que, según los propios autores, la opacidad que existe en algunos escenarios (pisos y prostitución de lujo), así como la movilidad, temporalidad y horarios del ejercicio en la calle dificultan su control.
Ocho de cada diez son inmigrantes, una proporción respecto a las españoles que actualmente sigue en ascenso, y 5.000 mujeres ejercen en los más de un centenar de clubes en la Comunitat.
La calle como escenario ha ido perdiendo peso en los últimos años a favor de los pisos particulares, por la presión vecinal y policial y por las malas condiciones higiénicas, de salubridad y de seguridad. Según el informe, medio millar de mujeres ejercen en la considerada como prostitución «más barata». El perfil es el de una joven extranjera, sin papeles, procedente de África y Brasil, aunque también hay sudamericanas, magrebíes y de países del Este. Las españolas, de más edad y deterioro (algunas de ellas son toxicómanas) se concentran en cascos urbanos antiguos y zonas alejadas.
En Alicante, los principales puntos de prostitución serían la carretera de Valencia, la zona de entrada por al avenida de Elche y un par de calles del casco. En la Vega Baja, destacan ocho rotondas de Torrevieja a Rojales.
En los pisos, una modalidad que está ganando más clientes por la privacidad y cercanía que ofrecen, estarían ejerciendo 1.700 mujeres. Gestionados por las propias prostitutas o por redes, hay pisos de alto ‘standing’ las tarifas rondaban en el momento del estudio los 200 y 300 euros, de medio ‘standing’ 50 y 60 euros y de nivel más bajo, donde un servicio completo puede costar igual que en la calle, unos 30 euros. En el caso de la prostitución de lujo 360 mujeres, son jóvenes, de muy buena presencia y alto nivel educativo. Su tarifa puede alcanzar los 2.000 euros