Andrea se vuelve a México

Una turista que venía a pasar tres meses a la casa de su tía en Vitoria es devuelta a su país desde Barajas tras 24 horas de «humillante» detención

El Correo, LUIS LÓPEZ, 05-07-2009

Andrea Márquez, mexicana de 24 años y porte esbelto, no está en Vitoria. Su plan era pasar casi tres meses en casa de su tía Rosa, también mexicana, que reside desde hace años en la capital alavesa. Un premio que se regalaba después de terminar los estudios de Nutrición y antes de comenzar a trabajar en su ciudad, Guadalajara (la mexicana, por supuesto).

Fue la tía Rosa, propietaria de una tienda de informática frente al Artium, quien le sacó los billetes de avión a la joven Andrea. Sus vacaciones en Euskadi deberían haber empezado el pasado miércoles, 24 de junio. Pero las cosas se torcieron en el aeropuerto de Barajas. Allí se dio de bruces con una política de inmigración que la pilló por sorpresa. Explica Rosa Márquez que a su sobrina le pidieron la carta de invitación y no la tenía. «Yo no sabía ni siquiera que esto fuera necesario», se justifica Rosa Márquez.

No tenía razones para saberlo porque sólo tres días antes, el domingo 21, había llegado su madre, también procedente de México, y también sin la imprevista carta de invitación. Pero a ella no se la pidieron. «Y no sólo ella. En los últimos años me visitó mucha gente: amigos, hermanos… y nunca pasó nada parecido». Además, la Policía le preguntó por el dinero que traía en metálico. «No llevaba nada encima», cuenta la tía. «Yo misma le había dicho que viniera con lo justo para llamar por teléfono desde Madrid y así prepararnos nosotros para ir a buscarla a Bilbao».

Sin dinero ni carta de invitación, Andrea fue detenida «durante 24 horas. Le quitaron el iPod, el ordenador portátil y el teléfono móvil. Me llamó llorando y diciendo que allí nadie la escuchaba». Con este panorama, Rosa se puso en contacto con la Embajada de México en Madrid, y le recomendaron que enviase un fax explicando la situación y la copia de la escritura de su vivienda en Vitoria. Lo hizo. E incluso diplomáticos se pusieron en contacto con la Policía. Pero nada fue suficiente. Tras 24 horas detenida y «humillada, porque la trataron casi con desprecio», la subieron a un avión y la enviaron de vuelta a México.

¿Cómo ha podido ocurrir algo así? Fuentes jurídicas consultadas por este periódico no se muestran sorprendidas por el caso. Desde el año 2007 las autoridades «pueden» exigir la carta de invitación a aquellos extranjeros que, sin necesitar visado, quieren entrar en España como turistas. Además, también les «pueden» exigir disponer de 513 euros para los primeros nueve días de estancia y otros 57 por cada jornada adicional. Lo curioso es que los funcionarios de inmigración tienen potestad para exigir o no estos requisitos, según recoge el Real Decreto 2393/2004.

En definitiva, no ha ocurrido nada ilegal. Aunque tanto Rosa como distintos expertos consideran que el trato dispensado por los agentes y las condiciones del centro de internamiento de extranjeros en Barajas dejan mucho que desear.

Al final, Andrea no llegó a Vitoria. «La verían joven, guapa, sin dinero, y vete tú a saber a qué se pensaron que venía», especula Rosa. La cuestión es que el mal trago, «la humillación», ha dejado a la familia más que disgustada. «Ya me han dicho que no volverán a pasar por esto», dice la empresaria mexicana – vitoriana, que no espera ya visitas. «Las leyes están para respetarlas, estoy de acuerdo. Pero no hay derecho a que la hayan tratado tan mal». El padre de la chica ya ha cancelado el viaje que tenía previsto para el año que viene. Y Rosa prepara una reclamación. «Si pudiera, cerraría mi negocio y me volvería a México, porque estar en un país donde tratan así a mi gente…».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)