El Parlamento italiano aprobó ayer definitivamente la ley que convierte la inmigración clandestina en delito y legaliza las rondas nocturnas de ciudadanos para que vigilen las calles con el fin de prevenir la delincuencia. La norma impone también castigos para los grafiteros y tasas de entre 80 y 200 euros para obtener el permiso de residencia y la nacionalidad. Se creará asimismo un registro de porteros de discoteca y otro de vagabundos.
La nueva ley, que obtuvo 157 votos favorables, 124 en contra y 3 abstenciones, ha sido criticada por la oposición progresista, el Vaticano, las organizaciones humanitarias y por el comisionado para los Derechos Humanos del Consejo de Europa.
La revista intelectual puntera Micromega invita desde ayer a firmar un manifiesto contra «las nuevas leyes racistas italianas», colgado en Facebook e impulsado por Dacia Maraini, Dario Fo, Andrea Camilleri y Antonio Tabucchi, entre otros. «Lo que sucede en Italia, para bien y para mal, ha siempre tenido una extraordinaria influencia en toda la sociedad europea, desde el Renacimiento al fascismo, y no siempre ha sido conocido a tiempo», escriben los firmantes.
Con esta ley, por primera vez un país europeo considera la inmigración clandestina como un delito y no solo, como sucede en los demás, una infracción administrativa. Gracias a la oposición de los médicos, el Gobierno ha eliminado la obligación de denunciar a los inmigrantes clandestinos que acudan a servicios de urgencia de los hospitales.

ANTICONSTITUCIONAL / Los inmigrantes «tienen derecho a llamar a nuestras puertas; hay que superar el provincialismo que boquea la esperanza y va contra la historia, hay que deshacerse de la categoría ‘enemigo’, que demoniza y criminaliza al forastero», ha escrito Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio del Vaticano para los inmigrantes. «La medida es contraria a los valores de nuestra Constitución», criticó Anna Finocchiaro, jefa de los senadores progresistas.
Italia de los Valores (IDV), en la oposición, enarboló carteles con la frase «clandestino es este Gobierno». Por su parte, los senadores de la Liga Norte, que ha impuesto a la mayoría los puntos principales de la ley, mostraron ayer su máxima satisfacción con vivas y abrazos.