El presidente francés descartó subir los impuestos

Sarkozy declara la guerra al burka en una histórica alocución al Parlamento en el Palacio de Versalles

La Razón, 23-06-2009

Primer discurso de un jefe de Estado galo al las Cámaras Legislativas desde 1848

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, expuso hoy el modelo político y económico y social que quiere para Francia en el primer discurso de un jefe de Estado al Parlamento desde 1848. Sarkozy se dirigió a senadores y diputados para exponerles las líneas básicas de su mandato en una intervención similar al “discurso sobre el estado de la unión” que cada año hace el presidente estadounidense.
 

El presidente francés aseguró que no subirá la fiscalidad porque retrasaría el fin de la crisis, y dijo que hay que anular “el mal déficit”, seguir invirtiendo en proyectos de futuro y reabsorber cuando la economía se recupere “el déficit imputable a la crisis”. “No haré una política de rigor. No aumentaré los impuestos porque retrasaría la salida de la crisis”, señaló Sarkozy. Reconoció que en Francia “tenemos un problema de déficit”, pero insistió entre “un mal déficit” vinculado al gasto corriente de las administraciones que “debe ser reducido a cero”, mientras que también hay un “déficit imputable a la crisis” por la disminución de la recaudación de las administraciones o por el dinero dedicado a programas de ayuda social que “ha funcionado mal”. De este último, avanzó que “tras la crisis, habrá que dedicarle la totalidad de los ingresos del crecimiento económico”, pero ahora “la cuestión central es la calidad del gasto” y también proponer a los interlocutores sociales “medidas masivas” para, por ejemplo, que toda persona que sufra un despido económico pueda recibir durante un año su salario íntegro y una formación para reintegrarse al empleo.
   

Sarkozy también justificó otra serie de compromisos financieros, en particular los que derivan del proceso de concertación sobre políticas ecológicas, conocido como el “Grenelle del Medio Ambiente” porque “es el gasto más rentable” que redundará en la creación de 600.000 empleos en Francia. Estas palabras cobran un sentido particular un día después de que el Ejecutivo francés haya admitido que el déficit público será superior a lo que esperaba, ya que se situará entre el 7% y el 7,5% del Producto Interior Bruto (PIB) tanto este año como el próximo.
   

El jefe del Estado, que el miércoles anunciará una remodelación de su Gobierno, señaló que las prioridades de ese Ejecutivo se financiarán con una emisión de deuda pública cuyo monto y cuyas modalidades se fijarán en función de la definición de dichas prioridades. Sobre la reforma del sistema de pensiones, avanzó que “2010 será capital” porque se abrirá el debate sobre todos los aspectos con los interlocutores sociales, incluido el retraso de la edad de jubilación (actualmente 60 años en Francia) o que se tenga en cuenta la penosidad de ciertos oficio a la hora de calcular el periodo de cotización.
   

El presidente conservador insistió en la idea de que hay que disminuir la fiscalidad sobre el trabajo y la producción para evitar la deslocalización y la desindustrialización de Francia porque “la idea de una Francia sin fábricas y sin obreros es una idea loca”. A ese respecto, y sin dar ningún detalle sobre sus modalidades, se pronunció en favor de la idea de una “tasa de carbono” que grave las emisiones de CO2: “cuanto más gravemos la contaminación, más podremos reducir la fiscalidad del trabajo”. Del diagnóstico de las razones de la crisis, comentó que “derecha e izquierda hemos dejado demasiado espacio al capitalismo financiero”, mientras “en el nuevo modelo de crecimiento hay que dar más espacio al trabajo, a los empresarios, a la producción”.
   

Sarkozy hizo una alusión a las reformas en la UE al comentar que “Francia cambia, pero Europa debe cambiar también” y que “Europa debe darse los medios para participar en la transformación del mundo”.

 

El burka «no será bienvenido» en Francia

 

El presidente francés aseguró que el burka no   es un “signo religioso” sino un “signo de esclavitud y sumisión” que atenta contra “la dignidad de la mujer” y advirtió de que esta prenda   que usan algunas mujeres musulmanas para cubrirse de pies a cabeza   “no será bienvenida” en Francia.  “El problema del burka no es un problema religioso, es un problema   de libertad, de dignidad de la mujer”, lanzó Sarkozy entre vivos aplausos durante un discurso pronunciado ante el Congreso reunido en el Palacio de Versalles.    
  

A su modo de ver, el burka no es un signo religioso sino “de esclavitud y de sumisión”. “Lo quiero decir solemnemente: no será bienvenido en el territorio de la República francesa”, abundó Sarkozy. "No podemos aceptar en nuestro país mujeres prisioneras tras una   rejilla, alejadas de toda vida social, privadas de toda identidad. No es la idea que la República francesa tiene de la dignidad de la mujer", continuó entre los aplausos de los parlamentarios. En este sentido, recordó que el Parlamento ha decidido encargarse   de estudiar este asunto y consideró que ésta es la mejor forma de proceder para que haya un debate y se expresen todos los puntos de   vista. “No debemos avergonzarnos de nuestros valores. No debemos tener miedo en defenderlos”, resumió.   
  

La pasada semana un grupo de diputados presentó en la Asamblea nacional una propuesta para abrir un debate sobre el uso del burka en   Francia que puede conducir a su prohibición como sudeció ya con el denominado velo islámico en los colegios e instituciones públicas del   país vecino. 

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