El Informe del Defensor del Pueblo de 2008, expuesto esta semana en sede parlamentaria por Enrique Múgica, refleja las dos visitas realizadas en 2008 a los dos centros de migraciones de carácter asistencial de Melilla y Ceuta, dependientes de la Dirección General de Integración de los Inmigrantes, es decir a los CETI. La institución señala que ha apreciado que en ambos casos resulta preciso clarificar los criterios de traslado a recursos residenciales más adecuados en la península de las personas pertenecientes a colectivos más vulnerables y priorizando los grupos familiares con menores de edad. Ha de tenerse en cuenta que la prolongada permanencia en estos centros puede resultar disfuncional no sólo para los acogidos, que pueden llegar a sufrir una fuerte institucionalización, sino también para la propia marcha general del centro.

También asegura que los dos centros visitados no disponen de programas para la detección, prevención y tratamiento para víctimas de tráfico de personas, carencia ésta que parece imprescindible cubrir en atención a las características de los inmigrantes a los que están destinados a acoger.

Por otra parte, en cuanto al CETI de Melilla, el Defensor señala que el centro cuenta con una guardería que funciona diariamente en horario de mañana y tarde y destaca como práctica muy positiva el régimen de utilización de este recurso, que «permite a los adultos con hijos a cargo que no estén en edad escolar realizar cursos mientras sus hijos están debidamente atendidos». También resulta destacable, a juicio del Defensor, el programa específico que facilita que los menores en edad escolar cuenten con el apoyo de profesores para la realización de sus deberes en horario de tarde. Igual consideración positiva le merece a la institución el «relevante número de actividades formativas» que oferta el CETI, como las de ayudante de cocina, empleada de hogar, pintor, escayolista o carpintero, en colaboración con la Ciudad Autónoma de Melilla y con el SPEE.

El Defensor del Pueblo también refleja en su informe la recomendación realizada a la Consejería de Bienestar Social para que se especifique la necesidad de documentar al menor extranjero no acompañado en las comunicaciones que la entidad de protección curse a las legaciones diplomáticas y, en defecto de esta documentación, se procure la obtención de cédulas de inscripción.

Esta institución recuerda que inició una investigación para conocer la razón por la que la entidad de protección melillense no había efectuado acciones para dotar a un menor extranjero no acompañado de pasaporte de su nacionalidad mientras permanecía bajo su tutela. Así, explica que al alcanzar la mayoría de edad, este menor abandonó el centro en el que residía sin documento de identidad alguno. A la vista de todo ello, se recomendó establecer de forma clara las actuaciones que deben seguirse para obtener los documentos de identidad de los menores, contactando con las representaciones diplomáticas a este efecto. Por lo tanto, el Defensor señala que ante la imposibilidad de conseguir el pasaporte del menor, deberá promoverse la obtención de una cédula de inscripción que deberá ser entregada al menor en el momento de abandonar el centro.