La inmigración y la generación del 'baby boom' empujan la natalidad a niveles de los 80

Los expertos advierten del envejecimiento de la sociedad a partir de 2013-2015, que dependerá del efecto migratorio

Diario de Noticias, ana ibarra, 21-06-2009

pamplona. La llegada de recién nacidos se recibe en plena crisis como una noticia esperanzadora, de las pocas capaces de contrarrestar las demoledoras cifras sobre la recesión económica. La Comunidad Foral alcanzó el año pasado la mayor tasa de natalidad en 20 años. En concreto, registró un total de 6.884 alumbramientos, con una tasa de natalidad del 11,5%, ligeramente superior a la media del Estado y sólo equiparable a la que se registraba a comienzos de los años ochenta cuando vinieron al mundo en nuestra región un total de 7.024 vástagos (1980), según datos obtenidos del Instituto de Estadística de Navarra.

El declive llegó a finales de los años ochenta hasta que el proceso migratorio y el fenómeno del baby boom (término que engloba a las mujeres nacidas desde finales de los sesenta hasta 1976) empujaron del crecimiento demográfico ya entrado el siglo, un aumento que ha sido lento pero progresivo (el año pasado creció un 4,4%).

El factor de la inmigración (21,5%) ha sido importante en la recuperación de la natalidad, además de la entrada en edad fecunda de las hijas del baby boom han sido determinantes de este crecimiento. Sin embargo, la evolución no parece que siga una línea ascendente a largo plazo, según apuntan los expertos. El país vive el espejismo de un baby boom. Y el crecimiento de esas generaciones de mujeres en edades más cercanas a la maternidad va a empezar a caer y la renovación demográfica se va a estancar. Otro factor clave en el crecimiento como es la inmigración, con la crisis puede hacer prever una “corrección” en los próximos años si bien es difícil de prever su evolución. “Hay más crisis en sus países de origen, se supone que hay menos puestos de trabajo y más barreras legales a la inmigración pero, por otro lado, el último padrón mostraba un crecimiento alto del número de extranjeros y no sabemos cuándo va a llegar el punto de inflexión. Independientemente de la situación económica, en los procesos de llegada funcionan los contactos y en esos países de origen la crisis es mayor”, asegura la socióloga Marina Sagaseta del Instituto de Estadística de Navarra.

El proceso de envejecimiento de la sociedad en los próximos años se proyecta a partir del 2013 – 2015. El INE sitúa esta frontera en el 2013 y desde Navarra la evolución de la natalidad a la baja va un poco más allá (2015). La hipótesis sobre la reducción de la población autóctona es la más clara. “La generación de 1980 es menos cuantiosa que la de 1975 y aunque la familia sea la misma, es decir el número de hijos, si esa menor cifra de nacimientos no se compensa con un incremento de familias extranjeras sino que llegan menos, el descenso será mayor todavía”, afirma.

Para el sociólogo Carlos Vilches, el factor de la inmigración como revulsivo de la natalidad va a seguir siendo determinante en un plazo no inferior a cinco o diez años. “A pesar de que este colectivo esté muy impregnado del modelo consumista y capitalista, la cultura pesa mucho y están muy interiorizados unos valores tradicionales sobre lo que significa la familia extensa, la convivencia con los abuelos…”, remarca. Sobre todo aquellos inmigrantes que tienen previsto retornar, aunque no lo reconozcan en las encuestas, indica, van a mantener las costumbres de sus países de origen lo que supone mantener dos, tres o cuatro hijos con independencia de que la “situación económica no ayude, gracias a las rentas conseguidas aquí, tendrán allí más posibilidades”. Otra cosa es que, en caso de que se alargue mucho el retorno, sean las segundas generaciones los que decidan o no volver y arrastren a sus padres en su determinación. Los que se queden asumirán el estilo de vida de aquí, “de familia más reducida”.

la crisis Carlos Vilches cree además que la tendencia de las mujeres a retrasar la edad de la maternidad seguirá siendo una clave importante a la hora de invertir la situación de crecimiento actual. La crisis económica por otra parte puede dilatar en algunos casos (los más jóvenes con contratos más precarios) la edad de emancipación o de tener hijos, pero lo cierto es que en Navarra, según Vilches, no son tantos los casos en los que se “toca fondo”. Y el factor económico es “muy decisivo”. “Tenemos mucha mano de obra cualificada y un nivel importante de funcionarios…”, remarca.

Para el sociólogo Ricardo Feliu, la “lógica” dice que la tasa de fecundidad de las personas que vienen de otros países se irá “adecuando” poco a poco al modelo europeo. Hay que tener en cuenta además que no se trata de un colectivo homogéneo. América latina es la que más ha tirado de las cifras de crecimiento. “Existe además una inmigración más masculina o de mujeres mayores”, indica. Otro factor a tener en cuenta es la “redefinición de los roles de la mujer” que modificará previsiblemente los patrones actuales en materia reproductiva. De igual modo, la crisis económica puede retraer el fenómeno de la inmigración en nuestro país. El efecto baby boom , el más claro y donde no caben análisis, terminará en un plazo de dos, tres años.

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