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La OIT planta cara a la crisis

El Mundo, TAMARA VÁZQUEZ, 21-06-2009

La Organización Internacional del Trabajo alerta de que el desempleo global podría incrementarse en 59 millones de trabajadores a finales de este año. Gráfico La fuerza laboral es una de las grandes damnificadas de la crisis global. Sólo en 2008, más de 14 millones de personas perdieron su empleo en alguna parte del planeta. Una sangría que no tiene visos de recuperarse hasta mediados de 2011, según ha informado la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante la Cumbre Mundial por el Empleo celebrada esta semana en la sede de Naciones Unidas en Ginebra.


La reunión, organizada en el marco de la 98ª Conferencia Internacional del Trabajo, ha dibujado un panorama laboral desolador y ha sentado las bases para tratar de reducir el desfase entre la futura reactivación del crecimiento económico y la recuperación del empleo, que el organismo internacional prevé que dure entre cuatro y cinco años.


Durante 2008 y el primer semestre de 2009, el número de compañías en quiebra ha aumentado de forma exponencial – en particular el de las empresas más pequeñas – , lo que tendrá un efecto inmediato sobre el mercado laboral. Las previsiones de la OIT contemplan tres posibles hipótesis para calcular el aumento del desempleo. La peor de éstas sugiere que a finales de este año el paro mundial aumentará en 59 millones de personas respecto a 2007 – lo que equivale a una tasa de desempleo mundial del 7,4% – y afectará a 239 millones de trabajadores. En este escenario, unos 200 millones de trabajadores serían arrastrados a una situación de extrema pobreza, que les obligaría a subsistir con menos de dós dólares al día.


Más población activa


Los jóvenes constituyen uno de los colectivos más perjudicados por el incremento del desempleo. El organismo de Naciones Unidas espera que el número de parados de este grupo aumente entre 11,6 millones y 17,7 millones entre 2008 y 2009, pudiendo alcanzar una tasa de desempleo del 15,1% a finales de este año.


Por otra parte, mientras que se reducen las oportunidades de encontrar un trabajo, el organismo de Naciones Unidas recuerda que cada año más de 45 millones de personas tratan de acceder a su primer empleo. «Decenas de millones de jóvenes están a punto de abandonar la escuela e ingresar en un mercado laboral deprimido, pero la falta de ofertas de trabajo decentes comprometerán sus perspectivas futuras de empleo», alerta Juan Somavia, directora general de la OIT.


Según calcula esta organización, para absorber el crecimiento de la fuerza laboral, las empresas deberían crear unos 300 millones de puestos de trabajo antes de 2015, algo que a día de hoy parece improbable. «Si no se lleva a cabo una acción coordinada para crear nuevos empleos y mantener los existentes, la crisis laboral persistirá durante los próximos cinco años», explica Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales. En este sentido, los líderes que asistieron a la Cumbre coincidieron en la necesidad de encontrar una solución coordinada entre empleadores, sindicatos y gobiernos para superar la crisis económica y evitar que se produzca una recesión social.


El presidente francés, Nicolas Sarkozy; su homóloga argentina, Cristina Fernández; y el ministro español de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, defendieron que la OIT tenga una presencia relevante en las reuniones del G – 20, «para que la cuestión del trabajo se ponga en el centro de la reflexión mundial y que la organización haga propuestas concretas», en palabras de Sarkozy.


«El mundo no puede permitirse el lujo de retrasar la creación de empleo hasta varios años después de que comience la recuperación económica», advirtió Juan Somavia, quien recordó que «el Fondo Monetario Internacional prevé una cierta recuperación del crecimiento mundial para mediados de 2010, pero ello dependerá de las medidas de estímulo adoptadas por los países y del restablecimiento de un sector financiero operativo».


Pacto Mundial


El director general de la OIT asegura en un informe elaborado con motivo de la Conferencia Internacional del Trabajo que «si todos los países estimulan su actividad interna, principalmente a través del empleo y la protección social, el crecimiento y el comercio mundial tardarán menos en recuperarse. En consecuencia, las políticas monetarias y fiscales desarrolladas a corto plazo y el enfoque macroeconómico global deberían centrarse en estos dos elementos». En dicho informe, la OIT propone la puesta en marcha de un Pacto Mundial para el Empleo que contribuya a acortar la distancia temporal que separará la recuperación económica de la laboral.


Entre otras medidas, el acuerdo debería garantizar el apoyo y las corrientes de crédito para las empresas – sobre todo para las pequeñas y medianas – ; salvaguardar los puestos de trabajo viables, apoyando la aplicación de horarios reducidos y el desarrollo de competencias laborales que limiten los despidos innecesarios; apoyar a los demandantes de empleo mediante prestaciones sociales bien diseñadas; reforzar los programas activos del mercado de trabajo para evitar el riesgo de desempleo de larga duración y de exclusión social; crear planes de apoyo para jóvenes parados y ayudar a los trabajadores inmigrantes, entre otras. «Si muchos países adoptan pactos nacionales para el empleo de manera coordinada, las sinergias reforzarían sus efectos en todo el mundo», concluye Juan Somavia.

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