La escuela es para todos

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 18-06-2009

“Hace 20 años, los gitanos creíamos que no teníamos derecho a la escuela, lo veíamos como una cosa de payos . Ahora, en cambio, a través de actos de reconocimiento como éste, nuestros chavales se dan cuenta de que también es muy valiosa para ellos. Y es fundamental que se sientan así, importantes dentro de la escuela. Que sean sus protagonistas”. Manuel Vizarraga, presidente de la asociación Kale Dor Kayiko, resumía con estas palabras el significado de la celebración que ayer se llevó a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía de la UPV en Donostia.

Los niños y jóvenes de esta etnia que han superado en Gipuzkoa sus diferentes etapas educativas recibieron, en su quinta edición, los premios de la agrupación, concedidos con el triple objetivo de manifestar el orgullo que supone el esfuerzo de estos chavales, reconocerlo públicamente y animarles a seguir igual. “La educación es una herramienta que nos va a permitir el acceso a otras cosas, a otro conocimiento, a otra capacidad para poder funcionar en la sociedad. Y tenemos que utilizarla. Para el bien común y para el bien personal. Estamos descubriendo eso y no lo vamos a dejar”, aseguraba Vizarraga, fundador hace más de dos décadas de esta asociación.

Junto a él, dos personas de su misma etnia que ya han completado sus estudios ofrecían sus experiencias a los más pequeños como ejemplo de que, más allá de estereotipos sociales y de lo que en anteriores generaciones se podía pensar, también ellos pueden llegar lejos a través del mundo educativo. El mensaje que transmitían a los más jóvenes era claro. “Que no se retraigan y que no piensen que no están hechos para el mundo laboral o para poder sacarse una carrera o los estudios que quieran. Todo lo que ellos se propongan lo pueden conseguir, al igual que otros niños”, comentaba la mayor de esos dos referentes, Julia Mendoza Jiménez.

Vecina de Donostia y administrativa de Policlínica Gipuzkoa, esta gitana de 28 años aseguraba que cada vez son menos los estereotipos y más las oportunidades de estudio con las que cuenta esta etnia en una sociedad mayoritariamente paya . “Gracias al esfuerzo de muchos mayores nuestros que están luchando para que podamos integrarnos y nos están ayudando a que podamos tener otro tipo de ilusiones y de futuro distintos al clásico, las cosas están cambiando. Afortunadamente, ahora tenemos la opción de ir a más, de poder ser como todos los demás, de tener las mismas perspectivas y el futuro que cada uno se quiera buscar”, señalaba.

compatibilidad

Sin renunciar a las raíces

En cualquier caso, Julia dejaba claro que esa mayor apertura de posibilidades no significa renunciar a nada. “El hecho de que tengas una carrera y estudies no quiere decir que pierdas tus raíces ni tus costumbres. Es un añadido más a tu vida. Puedes seguir perfectamente con tus costumbres, con tu vida de gitano, pero con la opción de vivir de algo que te gusta, estudiar y trabajar de ello”, apuntaba.

Sus palabras eran, además, refrendadas por la segunda persona que acudió en su misma situación. Juan José González Heredia, de 21 años, natural de Barcelona y orientador laboral de la Fundación Secretariado Gitano, explicaba la visión que le han dado sus años de formación. “Los estereotipos están ahí y son muy grandes, pero cada vez se van rompiendo más. Cuesta mucho, pero se va haciendo poco a poco. Cada vez hay más gitanos en las universidades o haciendo un ciclo formativo, o el Bachillerato… Estos chavales tienen que aprovechar las oportunidades que les ofrecen porque son importantes y buenas. Deben creerse lo que están haciendo, mirar al futuro y saber que, al fin y al cabo, van a hacer lo que ellos quieran, lo que les gusta”, opinaba.

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