RAFAEL RAMOS – Londres. Corresponsal
Más de un centenar de gitanos rumanos han recibido albergue provisional en un centro deportivo de Belfast después de ser víctimas de ataques xenófobos por parte de elementos violentos de la comunidad protestante, algunos vinculados a grupos paramilitares. El Gobierno autónomo de Irlanda del Norte ha prometido ofrecerles nuevos domicilios en barrios donde no estén expuestos a este tipo de racismo.

Las disputas sectarias que han dominado la política y la vida norirlandesa en los últimos 40 años han creado una cultura de intolerancia no sólo en función de la religión, sino también de la etnia o toda diferencia de tipo cultural. Pero el Ulster no es el único lugar de Europa donde los gitanos son perseguidos. A diferencia, sin embargo, de Italia – donde el propio primer ministro, Silvio Berlusconi, fomenta su marginación con leyes discriminatorias-,toda la clase política de Londres y Belfast ha salido en defensa de los rumanos.

“Necesitamos un esfuerzo colectivo para perseguir y castigar a los criminales racistas que se ceban en mujeres y niños que se encuentran entre los elementos más vulnerables de nuestra sociedad”, dice el número dos del Sinn Féin, Martin McGuinness; “Las acciones injustificables de un número de gamberros xenófobos han dañado la imagen de Irlanda del Norte en el mundo, yno son representativas de la voluntad de la comunidad protestante”, asegura el diputado Jeffrey MacDonald, un dirigente del Partido Democrático Unionista (DUP). “Es un suceso deplorable que merece una respuesta, no nos quedaremos de brazos cruzados”, asegura el primer ministro, Peter Robinson.

Los gitanos rumanos, residentes en una zona deprimida del sur de Belfast donde muchos vecinos pertenecen a milicias lealistas, llevaban meses siendo objeto de abusos verbales y diversas formas de intimidación, pero anteanoche se refugiaron en masa en una iglesia del barrio después de que las ventanas de tres domicilios fueran rotas a ladrillazos. Los acuerdos del Viernes Santoy la ampliación de la UE a la antigua Europa del Este han hecho que aumente el número de inmigrantes en Irlanda del Norte. Chinos, indios, vietnamitas, húngaros, lituanos, eslovacos y polacos han sufrido también ataques racistas.