Un gueto de esclavos

La Vanguardia, , 17-06-2009

A. Marchador
“¿Sorprendido? Para nada, sólo había que mirar desde la calle hacia dentro de la fábrica para ver las camas donde dormían”, explica Javier, trabajador de uno de los almacenes del pasaje Ca l´Ymbern de Mataró, que ayer se despertó lleno de furgones policiales, de mossos uniformados y de otros tantos de paisano que lucían chalecos reflectantes… “Lo que quizá sí sorprende un poco es la cantidad de antidisturbios de los Mossos d´Esquadra que se han dedicado a esto”. Sin embargo, este vecino insistía en que mediante el registro no iban a detener a todos los culpables, “seguro que antes de que llegaran los agentes muchos han huido, deben de haberles avisado”, aventuraba. Joana, de 72 años, llevaba a su nieto al colegio cuando descubrió los seis furgones que ocupaban este pequeño paseo mataronés. Asombrada ante tal revuelo, miraba hacia las ventanas de las fábricas textiles que ocupaban centenares de ciudadanos chinos, “víctimas del sistema capitalista actual, cuanto más produces, más barato es”, se lamentaba. Carlos barruntaba sobre la situación extrema que viven estos ciudadanos chinos en Mataró, “sólo los ves salir el primer día de primavera a tomar el sol”, el resto del año “son explotados, viven para trabajar y nosotros, en cambio, trabajamos para vivir”. Yolanda, vecina de la zona, insiste en que al ser ciudadanos chinos “es normal que se de este tipo de situaciones, forman un gueto al que es difícil acceder y se niegan a denunciar su situación, lo ven normal”. No cree que esta “macrorredada” vaya a solucionar la situación de las víctimas, ya que “pronto encontrarán a otros que sepan aprovecharse de su voluntaria esclavitud”.

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