ENRIQUE FIGUEREDO – Mataró

Los cálculos iniciales señalan que más de 200 trabajadores eran explotados en estos locales de confección
Los Mossos d´Esquadra desplegaron ayer en la ciudad de Mataró una fuerza policial excepcional para llevar a cabo una larga cadena de detenciones de ciudadanos chinos presuntos responsables de talleres clandestinos de confección en los que supuestamente se explotaba a compatriotas suyos. 750 agentes, el operativo más numeroso de la policía autonómica hasta la fecha, según fuentes del cuerpo, detuvieron a más de 50 personas y llevaron a cabo 72 entradas y registros.

Los otros protagonistas del suceso fueron las víctimas, los trabajadores explotados en dichos talleres en los que confeccionaban prendas durante larguísimas jornadas. Según fuentes del caso, trabajaban y vivían, en muchos casos, en "condiciones penosas y poco higiénicas. Los primeros cálculos estimativos señalan que unas 200 personas eran empleadas en estos talleres en régimen de explotación. La principal imputación que se hace a los arrestados es el delito contra los derechos de los trabajadores.

En muchas ocasiones, estos empleados de forma ilegal vivían en los mismos talleres en los que trabajaban y la mayoría no tenía libertad de movimientos. Los agentes descubrieron durante el desarrollo de la operación que algunos de estos locales estaban cerrados por fuera, con los problemas de seguridad que ello conlleva. En otros casos, estaba cerrado por dentro y sólo una especie de vigilante tenía las llaves de la puerta y controlaba el acceso.

Aunque los investigadores no han facilitado datos todavía, se cree que entre los detenidos y las víctimas puede haber muchas personas que se encontraban en situación ilegal en España, circunstancias que anoche continuaban cotejándose.

El juzgado de instrucción número dos de Mataró es el responsable del sumario – decretado secreto-que ha sido impulsado por la fiscalía especial contra el crimen de Catalunya. La operación policial ha sido coordinada por la División de Investigación Criminal (DIC) y en ella han participado policías judiciales y unidades de seguridad ciudadana.

El origen de la investigación sigue es un asunto sujeto al secreto del sumario, pero, según fuentes del caso, la llegada reiterada de información a los Mossos acerca de la existencia de decenas de talleres de confección ilegales en la ciudad de Mataró activó las pesquisas, del mismo modo que anoche no se descartaba la existencia de algún testigo protegido.

La dirección de tan alto número de agentes en las 72 entradas y registros y el número de detenidos obligó a la asunción de medidas especiales como la habilitación de 40 traductores e intérpretes y el concurso de 20 secretarios judiciales. Ello no impidió que algunas entradas y registros se demoraran, puesto que, como resulta evidente, cada secretario tenía que atender a más de una inspección. Mientras no llegaban los secretarios, los trabajadores en supuesta situación de explotación iban siendo tranquilizados e informados por los agentes de que la operación policial no iba contra ellos, sino contra quienes los tenían confeccionando prendas en las condiciones en las que los tenían.

Ante el volumen de arrestos, los detenidos tuvieron que ser repartidos principalmente entre los calabozos de Mataró y de otras comisarías del Maresme.

La existencia de talleres clandestinos ha sido desde hace décadas una actividad ilegal asociada a la comunidad china, cerrada en sí misma y que, como el agua y el aceite, no se mezcla con la sociedad de acogida. Los trabajadores explotados, a menudo, pagan con creces el precio de sus billetes de avión para venir.