Valencia sigue ganando habitantes, aunque 25 de los 86 barrios que componen la ciudad perdieron población en 2008, según los datos publicados ayer por el Ayuntamiento. El estancamiento es la nota dominante en todos, con pérdidas leves, de apenas décimas.
¿Cómo es posible entonces que se haya ganado en habitantes? La respuesta es doble y pasa por el incremento en otras zonas y la influencia decisiva de la inmigración, un año más, que ha salvado la cifra final hasta llegar a los 815.440 vecinos empadronados.
No obstante, la pérdida de población se ha hecho más aguda que en el último recuento. En 2007 se registró la disminución en 17 barrios y la llegada de familias inmigrantes fue muy superior. En total, el aumento de vecinos fue rondó las diez mil personas, justo el doble que en el último año.
Por barrios, el descenso ha afectado a todos los distritos. En términos porcentuales, las pedanías de Borbotó y El Perellonet se llevan la palma, mientras que en el casco urbano es la Roqueta.
La influencia de los nuevos barrios también se nota, aunque en el centro histórico, un auténtico termómetro que mide la efectividad de la inversión pública, en algunas zonas se logra un repunte de la población.
Es el caso del Carmen, donde se ha pasado de 6.155 a 6.224. Una cantidad exigua aunque interesante si se añade a aumentos similares en el Mercat y el Pilar.
Otro centro histórico «sensible! a las obras públicas es Ruzafa, que en el último ejercicio ha ganado un 0,3%, al pasar de 25.062 a 25.134 habitantes. El Plan RIVA ha entrado de lleno este año con la anunciada remodelación de decenas de calles, al igual que las ayudas para la rehabilitación de edificios.
Por el contrario, en los otros dos barrios del Ensanche se han perdido habitantes. Así, en Pla del Remei el descenso ha sido del 0,9%, mientras que en Gran Vía la conclusión es la de estancamiento, con una reducción del 0,1%.
Barrios en la periferia que nacieron hace menos de un lustro son los mayores receptores de vecinos. En Sant Pau, en el distrito de Campanar, la ocupación de nuevos edificios ha supuesto una subida del 4,7%, al pasar de 12.323 a 12.900 habitantes.
Otro de los focos de atención en el análisis demográfico es el distrito Marítimo. El retraso casi eterno de la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez y la ejecución completa del plan urbanístico es como una losa en algunas calles.
No obstante, en ninguno de los seis barrios del distrito se producen descensos de población. La explicación se encuentra nuevamente en la llegada de familias de inmigrantes. El mayor aumento se produjo en 2008 en Nazaret, con un 1,8% más que el año anterior.
Sobre la expansión de los nuevos barrios, el documento colgado en la web municipal también habla de la comparativa de los últimos cinco años, donde se observa todavía con mayor claridad este fenómeno. El barrio de Penya-roja es el ejemplo perfecto, con un aumento del 11,8%, con lo rebasa además la frontera de los 10.000 habitantes en 2008.
No obstante, es uno de los barrios del distrito de Rascanya el que tiene el mayor porcentaje de incremento en este periodo. En San Lorenzo, se ha pasado de 2.181 a 9.415 vecinos, al ocuparse la práctica totalidad del conocido como nuevo barrio de Orriols.