El 35% de las bandas rumanas que actúan en el exterior se afincan en España

ABC, CRUZ MORCILLO/PABLO MUÑOZ | MADRID, 15-06-2009

No es que los delincuentes piensen que España es un destino dorado para cometer sus crímenes, es que así lo creen y transmiten también las policías de otros países a sus colegas españoles. Un reciente informe de la Dirección General para combatir el crimen organizado dependiente del Ministerio del Interior rumano, al que ha tenido acceso ABC, afirma que «el 35 por ciento de las operaciones desarrolladas por los grupos de crimen organizado a nivel internacional tienen relación con España», mientras que las operaciones llevadas a cabo por esos mismos grupos «en Italia, Holanda y Gran Bretaña juntas llegan sólo al 30 por ciento». De ahí que se concluya que nuestro país es el preferido por bandas internacionales.

El informe señala algunos aspectos ya intuidos pero es demoledor en cuanto a la imagen que se ofrece. Esa imagen causa asombro a las policías de nuestro entorno por la laxa aplicación de la ley y la lentitud a la hora de llevar a cabo los procedimientos judiciales, los mismos de los que se quejan los investigadores de ambos Cuerpos. «España es considerado por parte de los grupos que trafican con personas, drogas de gran riesgo, vehículos robados, falsificación de moneda, fraude con tarjetas de crédito y fraude informático como el país de las oportunidades», precisa el documento.

El abanico entero de la delincuencia organizada elige como destino España y esa opción se aprecia con absoluta claridad en el caso de los rumanos, deseosos de conseguir unas ganancias rápidas y fáciles «puesto que el cambio de una actividad lucrativa lícita a una ilícita se consigue fácilmente», señala el Ministerio del Interior rumano.

Todos los palos

Los miembros de bandas de crimen organizado de ese país tocan todos los palos en España: tráfico de personas (inmigración ilegal, explotación sexual, utilización para la mendicidad y pequeños hurtos); tráfico de drogas (mueven cocaína colombiana, heroína turca y pastillas fabricadas en laboratorios de Holanda y Alemania dedicándose a hacer de intermediarios, transportitas y pequeños distribuidores); fraude con tarjetas de crédito, un delito en alza que trae de cabeza a algunas entidades bancarias y que les ha llevado a redoblar sus sistemas de seguridad; falsificación de moneda, delitos informáticos y tráfico internacional de vehículos, que son vendidos en países del este o en el norte de África, entre otros lugares.

Los datos del crimen organizado en España dejan poco lugar a las dudas. En 2007 actuaban en España 564 grupos y 241 de ellos estaban aún activos a comienzos de 2008, según fuentes de Interior consultadas por ABC. Las cifras del año pasado – las últimas disponibles – no difieren demasiado de las ya mencionadas por lo que la radiografía, en términos generales, se mantiene inalterada.

La evolución desde 2003 hasta 2007 demuestra una cierta tendencia al alza, pues si en el primero de los años citados había un total de 542 grupos, cuatro años después esa cifra había aumentado en 21. En 2004,2005 y 2006 nunca se habían superado las 500 bandas organizadas.

Los españoles, a la cabeza

Por nacionalidades, los grupos más numerosos fueron los formados por españoles (444), seguidos por colombianos (156), marroquíes (145) y rumanos (114). Las bandas que más crecieron desde 2003 fueron las de Colombia y Marruecos, mientras que las de Rumanía pasaron de 97 en 2003 a las ya citadas 114 de cuatro años después.

Sin embargo, los grupos rumanos están formados por un número mayor de criminales y de hecho fueron detenidos 701 individuos de ese país, el colectivo más numeroso de todos los extranjeros. Es significativo además que habiendo más bandas de colombianos y marroquíes que actúan en España, los arrestados de esas nacionalidades apenas superaran en 2007 los 400.

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