Cáritas pide ayuda a los guipuzcoanos

La organización diocesana ayudó el año pasado a 20.000 personas, 5.000 más que en 2007, un incremento debido a la crisis económica. Repartió 2,5 millones de euros en ayudas económicas a las familias

Diario Vasco, ARANTXA ALDAZ, 13-06-2009

DV. Cerca de 20.000 personas llamaron el año pasado a las puertas de Cáritas de Gipuzkoa, 5.000 más que en 2007, un incremento propiciado por la crisis económica, que ha arrastrado a la pobreza a gentes de perfiles dispares – inmigrantes, familias monoparentales, hogares ahogados por la hipoteca y el paro, entre otras – , pero con un mismo problema: todos necesitan ayuda.


La memoria de actividades de esta organización de la Iglesia, presentada ayer en Donostia, puso cifras a una realidad social «cada vez más grave», que ha obligado a la entidad a racionar sus presupuestos para repartir los recursos entre muchos más destinatarios. Los 2,5 millones de euros de ayudas económicas directas se han quedado cortos para tapar las grietas abiertas por el descalabro económico. El dinero se ha utilizado para asegurar la «subsistencia» de las familias que viven «en condiciones de verdadera necesidad», fundamentalmente por la falta de vivienda y trabajo, los dos vértices sobre los que escala la pobreza en Gipuzkoa. Pero no es suficiente.


Los centros de acogida y los comedores sociales «están saturados» desde finales del año pasado y el comportamiento de los seis primeros meses del año no apunta a una mejoría. En muchas de las 180 parroquias de la Diócesis de San Sebastián se han duplicado las atenciones. «Hay que reaccionar», dijo tajante Joserra Trebiño, delegado episcopal de la organización que pide ayuda para paliar esta situación. Como fórmula, subraya la solidaridad de 2.000 familias guipuzcoanas que aportan cada mes un día de su salario, con lo que se consiguieron el año pasado 450.000 euros.


Mañana, celebración del Corpus Christi y Día de la Caridad, animará al resto de creyentes «y a cualquier ciudadano que confíe en nuestro trabajo» a sumarse a este gesto. Treviño calculó que se necesitará la ayuda de otros 2.000 hogares para cubrir las necesidades que se han creado este año por la crisis. «No es suficiente con conocer la realidad, hay que implicarse y solidarizarse con las personas en riesgo de exclusión social y marginación», añadió haciendo alusión a la campaña que también lanzan bajo el lema Si no quieres formar parte de una sociedad limitada, facilita la participación de todos. Cáritas invita a la sociedad «a reflexionar sobre el estilo de vida que se va imponiendo, que está provocando pobreza, exclusión, injusticia, desigualdad y deshumanización».



A las instituciones

José Emilio Lafuente, secretario general de Cáritas, redundó en la idea de que «es tiempo de dar un paso solidario» y achacó a «la especulación financiera y la avaricia sin escrúpulos» el deterioro de la economía y los marcados desequilibrios sociales. Para argumentar su exposición echó mano del informe Foessa (la fundación de Cáritas que analiza la realidad social de la pobreza), en el que se denuncia que el crecimiento económico de la anterior década «no se ha traducido en un verdadero desarrollo y progreso para el conjunto de la población, sino que ha mantenido la pobreza latente y un notable nivel de vulnerabilidad», que han emergido con el crash financiero de 2008.

Joserra Trebiño y Juan Carlos Olano, director de la organización parroquial, se dirigieron también a las instituciones, a quienes reclamaron un mayor compromiso para incrementar el gasto social, nuevas políticas de vivienda y el empleo, y mejorar el sistema de protección social, ya que los retrasos en la tramitación y adjudicación de muchas de las ayudas – de entre dos y cuatro meses, aseguraron – obligan a muchas familias a recurrir a la organización diocesana que les adelanta el dinero. «Se tienen que aplicar en ello», sugirió Olano.

Mil voluntarios

Cáritas cerró el ejercicio de 2008 con 166.000 euros de déficit, ya que los gastos fueron superiores a los ingresos. Los 2,5 millones repartidos en ayudas directas las familias representaron algo más de la tercer parte del presupuesto total, financiado casi a partes iguales por agentes privados (56%) y públicos (44%). Cáritas cuenta con varios programas de acogida (el Aterpe para los sin techo, el Ho – tzaldi para las noches más frías de invierno o Trintxer, para las personas en proceso de rehabilitación, entre otros). También ejerce un intenso trabajo de cooperación internacional, con proyectos en países de África y América.

Los responsables de que se materialicen todas las ayudas son los más de mil voluntarios de las 180 parroquias. El compromiso incondicional de otros 3.200 colaboradores brinda a la entidad «la oportunidad» de seguir adelante en esa labor de integración, «siempre del lado de quienes más sufren la pobreza y la exclusión», concluyó Trebiño. aldaz

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