madrid. Poco más de dos horas han sido suficientes para que Ildefonso Falcones se convirtiera ayer en el protagonista indiscutible de la Feria del Libro de Madrid, con 460 ejemplares firmados de La mano de Fátim ’, en una jornada en la que, coincidencias de la actividades programadas, se habló de desastres editoriales.

La mano de Fátima llegó el miércoles a las librerías y solo el día de su estreno vendió 50.000 ejemplares, el 10% de la tirada inicial, 500.000 libros, informó la editorial Grijalbo. “Estoy muy contento y satisfecho, lo que hace falta es que la gente la lea y valore que ha merecido la pena”, afirmó Falcones, que atendió a algunos medios de comunicación al término de la firma ya que “había mucha gente esperando al sol”.

Algo abrumado por la expectación de sus editores tras las ventas de su anterior libro, La catedral del mar , Ildefonso Falcones, presentó esta semana en Córdoba La mano de Fátima , en la que el autor reivindica la coexistencia entre culturas y la superación personal de la mano de Hernando, un joven morisco, fruto de la violación que sufrió su madre por parte de un sacerdote, y que en el trascurso de su vida, se verá rechazado por unos y por otros. Los hechos culminan en 1609 con la expulsión definitiva de los moriscos de España. Precisamente, este año se cumple el 400 aniversario de esta expulsión y Falcones asegura que la coincidencia de fechas es una casualidad en este “encaje de bolillos” que ha supuesto escribir esta historia. Y reconoce un paralelismo de esta temática con la actualidad, "ya que muchos emigrantes viven en España en “pisos patera, hacinados”, como ocurría en Córdoba a finales del siglo XVI.