Pistolero entra a tiros al Museo del Holocausto de Washington. Resultado, el pistolero y un guardia de seguridad heridos en el enfrentamiento. La noticia pasaría desapercibida en el país de la violencia si no fuera porque su protagonista es un viejo conocido de los supremacistas blancos, con 88 años cumplidos.

Esa era la identidad que difundía ayer la cadena CNN y que la policía todavía no se atrevía a confirmar. De ser cierto, James von Brunn habría llevado toda una vida de paranoia y amenazas al extremo alrededor de la 1 de la tarde, cuando entró al Museo del Holocausto con un rifle y lo disparó contra un guardia de seguridad.

«Este hombre está en nuestros archivos des los años 70, cuando trabajaba con uno de los neonazis más promienentes de la era moderna, William Pierce», contó a CNN Heidi Beirich, portavoz de la organización antiracismo Southen Poverty Law Center. «Es un neonazi hard core».

En su página web von Brunn abre con una cita de Cicerón: «Una nación puede sobrevivir a sus tonterías y ambiciones pero no a la traición desde dentro». Von Brunn decidió secuestrar a los «traidores»de la Reserva Federal en 1981, cuando entró en el edificio de esta institución con dos pistolas escondidas debajo de la gabardina y la proclamada intención de llevar acabo «un arresto ciudadano sin violencia» para forzarlos a reconocer sus presuntas conspiraciones en televisión. Un jurado «negro» y un juez «judío», cuenta en su página, le condenaron a 11 años de prisión, de los que cumplió seis y medio. Su condición médica ayer era «crítica», según el diagnóstico del Centro Médico de George Washington.