Un panadero pierde un brazo y su jefe lo abandona cerca del hospital por no tener contrato

Diario de noticias de Gipuzkoa, 11-06-2009

El empresario tiró la extremidad al contenedor, por lo que no se le pudo reimplantar

valencia. Un trabajador inmigrante de 33 años, que perdió el brazo izquierdo con una máquina de amasar en una panificadora del polígono Real de Gandía (Valencia) el pasado 28 de mayo, denuncia que fue abandonado por su jefe unos 50 metros antes de llegar al hospital porque carecía de contrato de trabajo y no estaba dado de alta en la Seguridad Social.

Franns Melgar Vargas, de origen boliviano y que afirmó encontrarse “bien” y sin “miedo” a su jefe, llevaba trabajando en esta empresa de Gandía algo más de un año y medio, sin contrato de trabajo, al igual que el resto de los compañeros, y trabajaba doce horas al día, por las que cobraba 700 euros al mes.

En el momento del accidente, el joven intentaba “hacer su faena, como todos los días”, según comentó su hermana Silvia, ya que se encontraba amasando 40 kilogramos de harina y, cuando se le cayó una bolsa, se le quedó enganchado el brazo izquierdo en la máquina. Según su hermana, “perdió el brazo, pero la máquina podía haberle tragado si no la hubiera apagado”.

Tras el incidente, el jefe del joven lo subió a su vehículo y dijo de llevarlo al hospital San Francisco de Borja de Gandía, aunque unos 50 metros antes de llegar, le obligó a bajar y lo abandonó en plena calle, “mientras perdía mucha sangre”. La hermana afirma que el empresario se comportó de esta manera porque “no tenía permisos ni licencias” y, además, “tenía a sus trabajadores sin contrato, sin papeles”.

reimplante imposible Un viandante fue el que ayudó al joven a llegar al servicio de Urgencias del hospital de Gandía, y una vez allí los médicos se pusieron en contacto con el cirujano Pedro Cavadas y su equipo para ver si le podían reimplantar el brazo.

Por este motivo, los facultativos trasladaron al joven hasta el Hospital Virgen del Consuelo de Valencia, donde el doctor Cavadas no pudo hacer nada por reimplantarle el brazo, puesto que éste “se encontraba en muy mal estado, ya que los empresarios, tras lo ocurrido, lo tiraron a un contenedor”, denunció Silvia, quien también recordó que “limpiaron todo para no dejar restos de nada”.

La Guardia Civil de Gandía detuvo el pasado martes a los dos jefes, hermanos y propietarios del horno, por un delito contra los derechos de los trabajadores, ya que, supuestamente, tenían trabajando a su cargo a personas sin ningún tipo de contrato. Tras tomarles declaración, los dos hombres fueron puestos en libertad.

La Guardia Civil dio parte al juzgado de lo sucedido, aunque por el momento no ha abierto ninguna causa al respecto, según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

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