No fue una simple celebración de padres y alumnos. La fiesta de la Escuela Pública Vasca que llenó ayer Bergara reivindicó la necesidad de dar un impulso a este sector de la comunidad educativa, que acoge a la mitad de los alumnos vascos. La consejera de Educación respaldó la jornada con su participación, y la de buena parte de su equipo, y quiso aprovechar para dejar clara su apuesta por esta red. «Haremos avanzar a la escuela pública vasca, la haremos renacer», se comprometió Isabel Celaá.

La titular de Educación acudió a Bergara tras la polémica suscitada por su ausencia en el Ibilaldia, la fiesta de las ikastolas concertadas, que le acarreó duras críticas desde el mundo nacionalista. «Mi presencia», destacó ayer Celaá, «quiere subrayar nuestro apoyo ilusionado al esfuerzo de los profesionales de la escuela pública, y a la colaboración que prestan las familias en el trabajo educativo, clave de nuestro desarrollo económico»

No dejó lugar a dudas sobre sus planes. Resaltó que «el servicio público de la educación no es algo opinable para una Administración educativa», sino «obligatorio e irrenunciable». Adelantó la intención de su departamento de «poner en marcha un plan estratégico» dirigido a este sector, «que nos permita mejorar sus infraestructuras, su lengua, y la transmisión de la ciencia».

Miles de asistentes

Miles de personas se desplazaron ayer a Bergara para participar en la jornada, celebrada bajo el lema ‘Obatu Euskal Eskola Publikoari’ (Engánchate a la Escuela Pública Vasca). El acto de apertura se desarrolló en la escuela San Martín de la localidad guipuzcoana, a las once de la mañana. Padres y alumnos del centro bailaron el aurresku de honor ante los invitados. Celaá entonó la canción de la fiesta junto a los padres y alumnos de la escuela. Una suelta de palomas mensajeras dio el pistoletazo de salida a la fiesta organizada por la confederación de asociaciones de familias de esta red y el colegio de Bergara.

En la jornada participaron, además de la titular de Educación, tres viceconsejeros y otros miembros del departamento, el rector de la UPV, Iñaki Goirizelaia, el presidente del Consejo Escolar de Euskadi, Konrado Mugerza, y el anterior responsable del área, Tontxu Campos. Acudieron también a la cita con la escuela pública representantes de varios partidos políticos, la alcaldesa de Bergara, Agurne Barruso, e integrantes de entidades sociales. Los organizadores destacaron que en todos los mensajes lanzados a lo largo del día «se ha transmitido la necesidad de impulsar la escuela pública vasca».

La juntera de Aralar Rebeka Ubera demandó que «el apoyo que se le da en las jornadas ‘simbólicos – festivos’» se extienda «en el día a día», y tenga en cuenta «el trabajo que realiza a favor del euskera». Reclamó «todos los recursos económicos, personales y materiales que necesita para ese proceso de euskaldunización».

Por su parte, el coordinador general de Ezker Batua, Mikel Arana, reivindicó una escuela pública vasca «de calidad, plural, que sea multilingüe». Pidió al Gobierno vasco que haga un «esfuerzo» para «modernizarla». Propuso, incluso, que se «detraigan fondos de los colegios concertados» para emplearlos en esta red.

La celebración se desarrolló en ocho espacios diferentes y con un hilo conductor: reflejar la convivencia intercultural en la escuela pública vasca. No en vano, esta red acoge a la mayoría de los alumnos inmigrantes de la enseñanza vasca. La coordinadora de la asociación de padres, Ana Izagirre, destacó que «nuestra cultura y nuestra lengua deben participar en otras, extenderse e interculturalizarse».

A lo largo de la mañana, se sucedieron actividades dirigidas al público infantil en la zona de la escuela, donde, a partir del mediodía, los más jóvenes disfrutaron de una ‘Diskofesta’ de Betizu y juegos. Muchos chavales se animaron a disfrazarse y pasear por el recinto vestidos con trajes característicos de las diferentes regiones del mundo. En la plaza Xabier Munibe se desarrollaron talleres de ‘hip hop’, graffiti, ‘scratch’ y ‘break dance’. A mediodía, los asistentes pudieron disfrutar de platos típicos preparados por asociaciones vascas, así como de Chile, Marruecos o Rumanía. También se ofrecieron bailes típicos de Colombia, Chile y Senegal.