El Gobierno Vasco inicia las gestiones para que el camerunés deportado vuelva a casa

Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal, 04-06-2009

El salesiano que le acompaña durante su expulsión intentó ayer sin éxito cumplimentar este requisito para su regreso

donostia. El Gobierno Vasco ha movido ficha para traer a Euskadi a Jacques Armand Nong, el joven camerunés estudiante en el campus donostiarra de la UPV que fue deportado a finales de abril. La consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, anunció ayer que ha realizado las gestiones para que se revise su caso poniendo así fin a la pesadilla que rodea al joven y a los suyos.

Armand, un estudiante brillante que deja una huella indeleble allá donde pisa, fue detenido el pasado 28 de abril y expulsado a Camerún al día siguiente por su situación administrativa irregular.

Su deportación ha suscitado una profunda conmoción en el entorno académico que frecuentaba el joven, de quien todos destacan su figura como formidable compañero. Profesores y compañeros de la UPV siguen sin dar crédito a lo sucedido a este chaval, inasequible al desaliento, que no ha dejado de dar muestras de un desmedido afán por labrarse un futuro en las condiciones más adversas.

La preocupación de las instituciones también ha sido una constante en los últimos días por la situación que atraviesa Armand, que residía en Labastida (Álava) con su familia, y que tras su deportación fue acogido por los Padres Salesianos de Yaundé, la capital camerunesa, donde vive estos días. Tras conocer su caso, la nueva Consejería de Empleo y Asuntos Sociales ha realizado gestiones ante la Delegación del Gobierno en Euskadi y la Subdelegación del Gobierno en Álava.

Dora, la madre del joven, vivía ayer una jornada de “alegría desbordante”, según expresaba a este periódico poco después de conocer la noticia. La mujer se confesaba mucho más nerviosa de lo habitual. “Hace falta saber si la sanción que pesa sobre mi hijo la van a levantar o no”, explicaba.

jornada de contrastes Lo cierto es que fue una jornada de claroscuros, un tanto desconcertante. La alegría que mostraba la madre contrastaba poco después con las noticias que llegaban desde Camerún, a 4.500 kilómetros de la residencia familiar. José María Sabé, el salesiano que está ayudando a Armand en los trámites, no disimulaba a este periódico su aflicción por un nuevo revés burocrático. El religioso acababa de regresar de la Embajada Española en Camerún, a donde había acudido a solicitar el visado de estudiante que necesita el joven, tal y como ha recomendado la administración vasca. El Gobierno Vasco se ha propuesto que el joven vuelva cuanto antes para que no pierda sus estudios.

La relación del religioso con el cónsul fue cordial. Pero el diplomático le dijo que, al menos ayer, no pudo hacer nada. “Nos ha comunicado que el chico sigue figurando en una lista de personas expulsadas bajo la acusación de haber entrado sin papeles en el país. Por lo que nos han explicado, no pueden dar un visado a alguien que sigue figurando en esa lista”, detallaba un tanto apesadumbrado el religioso.

No quería mostrarse pesimista, pero reconocía que había sido un jarro de agua fría. “Creo que la cosa se está encarrilando, pero va a ser más dificultosa de lo que parecía en un principio. Esperamos que el fracaso de llamar a una y otra puerta nos acabe permitiendo encontrar la salida que todos buscamos”, reflexionaba Sabé, a la espera de que llegue definitivamente “una solución administrativa” que a día de ayer no constaba en el país africano.

extraño episodio La conversación entre el salesiano y el cónsul sirvió, en todo caso, para arrojar algo más de luz sobre el extraño episodio que ha vivido este chaval para que acaben pesando sobre él hasta tres órdenes de expulsión cuando entró legalmente en el país por medio de la reagrupación familiar.

Armand, que llegó con catorce años a Euskadi junto a sus hermanos, se había convertido en irregular porque no había renovado su permiso de residencia y su tarjeta de estudiante. Según le explicó ayer al salesiano el cónsul con el que abordó esta cuestión, para renovar el permiso de residencia una vez cumplida la mayoría de edad es preciso presentar los papeles que detallen los antecedentes penales. “Ahí está el problema. Camerún no es España, y en este país cuando pides cualquier informe te lo dan cuando te lo dan”, lamentaba Sabé.

Debido a esa demora, para cuando el joven camerunés pudo presentar en Euskadi los papeles que le requerían, había vencido ya el plazo para mostrar esos papeles, lo que le habría abocado a la situación administrativa irregular que venía arrastrando. “Eso le ocurrió durante tres años porque reiteradamente, para cuando entregaba los papeles, estaba ya fuera de lugar. Y es evidente que debido a la situación económica que vive la familia tampoco se podía permitir el abono de un billete para regresar a Camerún”, agregaba el religioso.

nuevas muestras de cariño Más allá de lo proceloso que pueda llegar a ser el trámite, lo que no cabe duda es que Armand parece hecho de una pasta especial. Al coro de voces que estos días destacan su extraordinaria habilidad para hacerse querer, se sumaba ayer la de Miguel Herrero, profesor de Biología en el Instituto Samaniego de Laguardia (Álava), donde cursó estudios Armand cuando apenas era un mozo recién llegado del país africano.

“Su libro de cabecera era el diccionario”, describía ayer el docente, subrayando así el pundonor que demostró Armand en todo momento para hacerse con las riendas de un idioma que se le resistía. Pero más allá de sus habilidades en los estudios, Herrero encumbraba la extraordinaria bondad del joven. “Es de esas personas que siempre están dispuestas a echar una mano. El chaval no se molestaba por nada, y desde un principio fue incluido en el grupo como uno más”, confesaba con infinita gratitud el profesor.

Académicamente parece un fuera de serie, pero el cariño tan sincero que le dispensa quienes le conocen le hace aún más especial.

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