Una circular primaba la detención de bolivianos en Madrid ¿ La mayoría proviene de la clase media o son comerciantes que han tenido que cerrar sus negocios

Un pueblo perseguido por la Policía

La Razón, 01-06-2009

Madrid – El movimiento migratorio boliviano comenzó a principios de los 80, protagonizado por personas contrarias a las dictaduras de Hugo Bánzer y García Mesa. Pero no es hasta 20 años después cuando se fijan en España como lugar de destino. Más concretamente, fue durante la crisis argentina de los años 2001 y 2002 y la dificultad cada vez mayor para entrar en EE UU la que hizo que los bolivianos viajen a Europa, concretamente a España e Italia. En 1995, había 888 bolivianos viviendo en la Península, frente a los 1.283 de 1999. En este momento se produce el cambio de tendencia y en tres años se triplica la población, hasta 2.574. A partir de ahí, el crecimiento ha sido exponencial, con 14.812 bolivianos en 2004, cifra que, con la regularización del Gobierno y las reagrupaciones se ha disparado hasta los 236.048 actuales, según datos del INE.
Este colectivo, al igual que otros latinoamericanos, se ubica en los alrededores de los grandes centros urbanos, principalmente en las comunidades de Cataluña y Madrid. En un primer momento, buscan los barrios en los que viven sus compatriotas y, con el tiempo, inician su traslado a otras regiones.
Mayoría femenina
Es un tipo de inmigración principalmente joven, en edad de trabajar (el 74 por ciento tiene entre 20 y 44 años), y mayoritariamente femenina (el 56 por ciento son mujeres). Normalmente, se integran en las redes de otros colectivos de inmigrantes latinoamericanos, como el peruano y el ecuatoriano, y se han especializado en trabajos para el sector servicios, en particular en el servicio doméstico. La mayor parte de los inmigrantes proviene de la Cochabamba y Santa Cruz, la primera una de regiones a las que más ha afectado la crisis económica y la segunda es la región con mayor desarrollo económico, pero hacia donde se dirigen las migraciones internas, provocando elevadas tasas de desempleo. La mayor parte de los inmigrantes bolivianos son pequeños comerciantes que se han visto obligados a cerrar sus negocios, personal administrativo y maestros de escuela, que provienen en su mayoría del ámbito urbano.
La percepción de la sociedad española del colectivo suele ser escaso, asociándolo a otros colectivos con mayor trayectoria como el peruano y ecuatoriano, al tener rasgos físicos muy similares, y adjudicándole los mismos estereotipos de hacinamiento de las viviendas y el exceso de consumo de alcohol.
Sin embargo, ha sido uno de los más perjudicados por las detenciones selectivas de la Policía. Junto a los marroquíes, eran los colectivos más perseguidos. Con la crisis, una circular interna les excluía de las redadas porque su repatriación era muy cara. Sin embargo, no han dejado de ser un objetivo ya que varias patrullas policiales llegaron a acudir a las colas de la embajada boliviana en Madrid para hacer identificaciones, lo que provocó la protesta oficial a través del cuerpo diplomático acreditado en España.

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