pamplona. La comunidad gitana representa la minoría étnica más importante de España y Europa. El colectivo gitano navarro agrupa a 7.000 personas, el 1,2% de la población en la Comunidad Foral y en algo menos de dos décadas ha aumentado en 4.113 personas. Casi la totalidad de los gitanos que viven en la Comunidad Foral son de origen español, sólo un 3,2% son de origen portugués y un 1,1% procede de los países del Este.

Los gitanos navarros integran una comunidad joven y en crecimiento, aunque en los últimos años se ha producido una notable desaceleración de su ritmo de crecimiento, provocada por la reducción significativa de sus tasas de natalidad y fecundidad. ¿Las causas de este descenso? “Fundamentalmente el acceso de las mujeres gitanas a la anticoncepción”, señala socióloga Begoña Campos, responsable del área de Vivienda de la Fundación Secretariado Gitano. El tamaño medio de las familias gitanas sigue siendo, no obstante, superior a la media navarra, el 78,7% tiene entre tres y seis miembros, lo que se corresponde con una familia nuclear integrada por los padres y uno, dos o tres hijos. Prácticamente no hay familias con menos de tres miembros. “Eso sí, ya no se ven esas familias con ocho hijos o más que responden al estereotipo”, apunta Campos. “La natalidad entre los gitanos – añade – sigue las mismas pautas que entre los no gitanos, pero con unos años de retraso”. Con respecto a los payos señala otras diferencias como el matrimonio precoz. “Hace una generación se casaban a los 14, ahora a los 18 ó 20, antes que el resto de los jóvenes, no obstante, pero una cosa que mantienen es que no posponen la llegada del primer hijo, lo que si disminuye es el número total de hijos”.

diu, el más extendido En cuanto a métodos anticonceptivos aclara que “una cosa es lo que ellos prefieren y otra lo que se les da desde los centros públicos”. “Existe el cliché de que no sistemáticos, algo que obedece en parte a la realidad, por eso se tiende a recomendarles el diu”, señala.

De los datos se desprende que las gitanas navarras acuden al ginecólogo y usan métodos anticonceptivos, sobre todo las más jóvenes, pero los expertos señalan que aún queda una batalla pendiente: la sistematicidad y correcta utilización de los anticonceptivos.