Vicente Gil (Barakaldo, 1962), técnico social de Iniciativa Gitana y portavoz de este colectivo, es una de las personas que más horas al día pasa con la familia realojada.

Pregunta. ¿Cuál será la postura de los representantes del Consejo Gitano de Euskadi en la próxima reunión entre las diferentes partes y el Gobierno?

Respuesta. Respetar la decisión de la familia. Nosotros acompañamos y asesoramos, nada más. Y el deseo de la familia ahora es quedarse, porque no tienen otra cosa. Ya saben lo que es la intemperie y estar más de dos años en un hostal, donde sólo podían dormir. Rechazar esta vivienda supondría romper el decreto [de realojo]; se quedarían en la calle.

P. ¿Cómo está viviendo la familia la situación de hostilidad?

R. Ahora más relajados, con algo menos de tensión estos últimos días. Pero cuando vinieron y vieron los daños en la vivienda, la puerta tapiada, el rechazo vecinal,… llegaron a pensar que nunca podrían vivir allí. Y no lo podrían haber hecho sin el apoyo de varios colectivos.

P. ¿Qué cree que ha producido este rechazo?

R. La información que han podido recibir los vecinos y que les ha llevado a atacar al eslabón más débil del proceso de realojo. Hay una asociación de vecinos que decide que una familia no tiene derecho a la vivienda y un medio de comunicación que ha publicado cosas sin contrastar.

P. Los vecinos exigen ver el expediente judicial de los implicados para estar seguros de que los rumores no son ciertos. ¿Por qué hay este miedo a la familia?

R. Contesto con otra pregunta: ¿quiénes son estos señores para pedir los antecentes penales de nadie? ¿Desde cuándo hacen falta los antecedentes penales para tener acceso a una vivienda de protección oficial?

P. ¿Qué opina de la actuación de las instituciones, y, en concreto, del Ayuntamiento.

R. Aquí nadie ha hecho nada para bajar la presión. Y para este consistorio somos hostiles. Aquí viven varios concejales y ven los carteles, que son una agresión constante, y nadie los quita. En La Arboleda campan libres las vacas, los caballos y las cabras, pero los gitanos no.

P. ¿Si se concede lo que pide la asociación vecinal se sentaría un precedente que haría que todos los realojos empezasen a ser discutidos?

R. Eso se evitaría si se inhabilitase a ciertas asociaciones que son xenófobas y que se atreven, en documentos públicos y registrados en el Ayuntamiento, a decir qué se tiene que hacer con los gitanos y para quién tienen que ser los pisos protegidos.