Supermercados globales

El fenómeno de la inmigración está impulsando la apertura de tiendas de ultramarinos en la comarca especializadas en la venta de alimentos procedentes de otros países. Texto y fotos Aitor Alonso

Deia, 17-05-2009

LA arepa es un plato similar a la tortilla muy apreciado en Colombia. La panela es un ingrediente dulce procedente de Sudamérica empleado la elaboración de miel y muchos postres. Y el cuscús es una comida habitual en las mesas de Marruecos hecha a base de sémola de trigo. Muchos no habrán oído hablar jamás de estos alimentos. La inmensa mayoría tampoco los habrá probado. Y, sin embargo, cada vez están más al alcance de la mano de los vecinos de Ezkerraldea.

El fenómeno de la inmigración está impulsado la apertura de tiendas de ultramarinos en municipios como Barakaldo y Sestao especializadas en la venta de alimentos árabes, latinoamericanos, asiáticos y africanos. Son pequeños supermercados que reúnen en sus estanterías los artículos más habituales de la gastronomía de cada continente. Una opción que permite a los nuevos vecinos mantener el contacto con sus raíces y abre a los autóctonos la posibilidad de descubrir nuevas recetas.

Shoaib Hayat regenta uno de estos comercios en la calle La Iberia de Sestao. Apenas lleva un mes pero la tienda ya es un hervidero de gente que entra y sale con bolsas en las manos. Asegura que “es una buena oportunidad de negocio” porque por esta zona viven extranjeros de muchas nacionalidades. Esto, además, provoca que entre su clientela no sólo haya vecinos de la localidad sino de la comarca y provenientes del otro lado de la ría. En total, tiene cerca de 500 artículos distintos que consigue a través de distribuidores que tienen sus almacenes en Barcelona, Alicante o La Rioja, aunque otros compañeros también recurren a empresas de Madrid y Francia.

César Barbosa, un colombiano cuya familia dirige un locutorio especializado también en la venta de alimentos latinoamericanos en la calle La Bondad de Barakaldo, destaca que muchos compatriotas “agradecen” la posibilidad de conseguir aquí los mismos ingredientes acostumbrados a utilizar en sus países. “Cuando llegan, al principio, cuesta acostumbrarse a la comida de España”, reconoce.

En estos establecimientos es posible encontrar sobre todo una amplia colección de especias, así como legumbres u hortalizas que no es habitual encontrar en los supermercados. Es el caso, por ejemplo, de los garbanzos negros, las lentejas rojas, la polimalta o la karela.

Los árabes disponen también de carnicerías especiales en las que todos los animales que se venden han sido sacrificados siguiendo el rito islámico. En la calle San Juan se encuentra la única de Barakaldo que cumple estos requisitos. Se abrió hace ya dos años para satisfacer la demanda de la creciente población musulmana.

Mohamed Al – Fatehy, su empleado, cuenta que todas las piezas que venden “son de eusko – label”, pero con la salvedad de que han muerto “mirando hacia La Meca y sin ver el utensilio con el que les matan”. La prohibición de comer cerdo hace que se improvisen barras de chopped y chorizos con carne de pavo, cordero o vacuno. “Muchos autóctonos las han probado y les han gustado”, señala Al – Fatehy.

otros datos

· Distribución. Los productos alimenticios se consiguen a través de redes de distribución que operan en ciudades como Barcelona, Madrid, Alicante o Logroño, pero algunos también provienen de Francia.

· Público. Los inmigrantes representan la mayoría de la clientela de estas tiendas, aunque también acuden a comprar autóctonos que desean probar platos nuevos.

· Rarezas. Se pueden encontrar garbanzos negros, lentejas rojas, mate, karela, arepa o suag.

la cifra

500

· Artículos. Algunas tiendas tienen a la venta hasta 500 artículos distintos procedentes de Latinoamérica, Asia y África.

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