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Cerca de 38.000 inmigrantes podrían perder su permiso en la CAV por la crisis

Deia, Arantza Rodríguez, 14-05-2009

BILBAO. “No encuentran trabajo, no han cotizado lo mínimo que exige la ley para poder renovar el permiso porque han perdido el empleo el año pasado y, por lo tanto, les sobreviene la irregularidad y se quedan sin papeles”. Cerca de 38.000 inmigrantes residentes en la CAV corren el riesgo de verse en esta delicada situación debido a la crisis, tal y como advirtieron ayer los miembros de SOS Racismo de Euskadi Mikel Mazkiaran y Zuria Arzua.

Durante la presentación en Donostia del informe sobre racismo en el Estado que anualmente elabora su organización, se detalló que en Euskadi hay alrededor de 100.000 inmigrantes que están en posesión de algún tipo de permiso de residencia o de trabajo. “Si descontamos aquellos que tienen un permiso como ciudadanos comunitarios o un permiso permanente, porque ambos ofrecen cierta garantía de poder ser renovados sin tener que justificar que se ha trabajo durante un determinado tiempo, nos queda que hay 38.000 personas que necesitan renovar su tarjeta de extranjería”, explicó Mazkiaran. La cosa quedaría ahí si no fuera por la mala racha económica que está atravesando el Estado, donde ya hay cuatro millones de desempleados. Una alta tasa de paro que empujará a muchos ciudadanos autóctonos a aceptar empleos que antes eran ocupados por extranjeros.

“Para poder renovar el permiso tienen que justificar que han trabajado seis meses por cada año, además de contar con un nuevo contrato, y la actual situación de crisis dificulta en muchos casos poder cumplir con estos dos requisitos”, advirtió el portavoz de SOS Racismo, quien subrayó que “son personas que están en un cierto riesgo de caer en la irregularidad sobrevenida, es decir, que habiendo estado en situación regular podrían pasar a estar irregulares por desempleo”.

familias sin recursos Lejos de afectar solamente a los titulares de las autorizaciones de residencia y trabajo, esta dificultad de renovar los permisos también repercutiría en su entorno. “Arrastraría, por ejemplo, a los hijos que están enganchados a las tarjetas de sus padres. Si no renuevan ellos, no renuevan tampoco sus hijos”, puso de manifiesto Mazkiaran, quien precisó que de todos los sectores en los que trabajan inmigrantes el “más castigado por la crisis” es el de la construcción y el menos perjudicado el del servicio doméstico, aunque ya se están dando casos de familias “que no tienen los recursos que tenían antes para hacer frente al salario” de sus empleadas.

Sin nómina y sin permiso, en situación irregular, regresarían al punto de partida. “Si encuentran trabajo, podrían volver a presentar papeles por la vía del arraigo social, demostrando que llevan tres años residiendo aquí, pero eso supondría que perderían la antigüedad que habían adquirido con los anteriores permisos. Tendrían que volver a empezar de cero”, señaló, por su parte, Zuria Arzua. Pese a los inconvenientes, la mayoría decide continuar en Euskadi. “Hay gente que si está en una situación desesperada, en el último caso sí decide regresar a su país, pero la mayoría de los que emigran vienen a quedarse”.

sos racismo

· 100.000 con permiso. En Euskadi hay unos 100.000 inmigrantes con algún tipo de permiso de residencia o de trabajo.

· Prestaciones sociales. Advierten de que 2009 será “un año complicado para los inmigrantes”, ya que al acabarse el dinero de las prestaciones sociales “aflorarán criterios de selección” para concederlas que podrían perjudicar a este colectivo.

· Aceptación en Euskadi. La organización expresó su satisfacción porque en Euskadi existe “en general” un “grado importante de aceptación del fenómeno migratorio”, aunque en “los estudios que periódicamente ofrece Ikuspegi, habitualmente Gipuzkoa suele salir mejor parada que Araba o Bizkaia”.

la cifra

20

· Denuncias por racismo. De las veinte denuncias por racismo recibidas el año pasado en la oficina de SOS Racismo en Bilbao, “seis involucraban a las fuerzas de seguridad”, “principalmente” a la Ertzaintza, en actuaciones “discriminatorias cargadas de xenofobia y racismo”.

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