editorial

La barbarie machista

Diario de noticias de Alava, , 11-05-2009

yasmín Zamira, de 37 años y nacionalidad colombiana, está muerta. Fue asesinada por su ex pareja, de la misma edad y de nombre Enrique por el simple hecho de que ella se quería separar definitivamente de él. La pareja no compartía nada desde hace un año. Pero la distancia se convirtió en una tortura para Yasmín, quien veía cómo su ex compañero la seguía e incluso la amenazaba en público, según los primeros testimonios recogidos tras su muerte. Estos comportamientos absolutamente irracionales están por todas partes, también en Álava y Vitoria, donde el Ayuntamiento ha constatado el fracaso de la prevención social y observa con estupor cómo se han incrementado en sólo un año un 18% los casos de violencia machista, con una preocupación añadida: cada vez se da en parejas más jóvenes. Entre 1999 y 2008 han fallecido 635 mujeres en el Estado. Nada más y nada menos. Como en todo, la estadística siempre sirve para situar el asunto en su justa medida… pero para nada más. Una vez conocidas las cifras toca actuar. Y, sobre todo, cambiar los parámetros de esta actuación. El nuevo Gobierno de Patxi López
ya ha avanzado su intención de crear dentro del Departamento de Interior una sección que trabajará de forma específica contra la violencia machista. Una decisión acertada si se dota de todos los mecanismos necesarios para garantizar su operatividad máxima. Y eso significa bastantes más elementos que sólo un presupuesto económico, porque ofrece una oportunidad de oro para poner en práctica una eficaz política transversal entre las consejerías ya que todas, unas más que otras claro está, deben tener voz en el objetivo de erradicar estas actuaciones. Tras las condenas hay que pasar a la acción. Como lo hizo Juan Pablo Urtizberea , el vecino de Irun que socorrió a una mujer en peligro de muerte. Este es el otro lado de la balanza, el que representa a esa parte de la sociedad concienciada, que es capaz de poner en peligro su propia integridad física con el objetivo de intentar salvar una vida. El debate sobre el incremento de las penas para estos supuestos penales se reabre, como el de la activación de medidas de protección para aquellas mujeres que ya han denunciado a sus ex parejas. Todo debe acometerse con la máxima prioridad si se quiere evitar una nueva muerte violenta e irracional.

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