El ministro de Interior de Italia, Roberto Maroni, aseguró hoy que la línea adoptada por el Gobierno de devolver a sus países de origen a los inmigrantes interceptados antes de llegar a aguas bajo jurisdicción italiana “continuará hasta que no cesen los desembarcos”.

“Aquellos que no hayan entrado en aguas territoriales italianas serán devueltos a su país de origen, mientras que quien entre en nuestras aguas será acogido como siempre, valorando si cumple los requisitos para permanecer en Italia”, declaró Maroni a medios locales.

Manifestó que se trata de una medida “eficaz”, que respeta “todas las normativas europeas y los tratados internacionales”.

“Ha demostrado ser una actuación muy eficiente que cuenta con un amplio respaldo de los italianos, que ven finalmente una reacción fuerte y decidida del Gobierno”, comentó.

El 7 de mayo, la Marina italiana trasladó a Libia a 227 inmigrantes que permanecían a bordo de dos barcazas bloqueadas a unas sesenta millas de la costas de la isla de Lampedusa, a la espera de que Malta e Italia decidieran qué país debía prestarles ayuda.

Esta actuación provocó las reacciones de la oposición y de la Iglesia, que denunció que con esa medida “se violan los derechos internacionales de los refugiados”.

La Comisión Europea (CE) también anunció que pedirá información sobre lo sucedido a las autoridades italianas.

Maroni, quien viajó hoy a L’Aquila una de las localidades más afectadas por el terremoto del pasado 6 de abril con motivo del 157 aniversario de la fundación del cuerpo de la Policía de Estado, calificó dichas “polémicas” de “infundadas”.

En referencia a la reconstrucción de las zonas dañadas por el seísmo, Maroni afirmó que el Gobierno trabajará para evitar una posible participación de la mafia en las obras.

“La reconstrucción tiene que llevarse a cabo de forma rápida, pero de modo que no exista la posibilidad de infiltraciones de las organizaciones criminales”, indicó.