Después de empadronarse esta misma semana en Trapagaran, la familia procedente de Sestao repudiada por los vecinos de La Arboleda ya tiene fecha para trasladarse definitivamente al piso que le concedió el Gobierno vasco en el poblado minero. Según informó un portavoz de la Asociación gitana de Barakaldo, que asiste al matrimonio, será el próximo lunes a las 12.00 horas.

«Esperaremos hasta ese momento por si nos citan para alguna reunión o se hacen otras ofertas», explicó el representante del colectivo, Eduardo Motos. Ya a finales del pasado mes las tres asociaciones gitanas de Vizcaya plantearon al Ayuntamiento de Trapagaran la posibilidad de aceptar otra vivienda en el municipio «a fin de evitar cualquier tipo de problema».

Estas agrupaciones quieren que el traslado se haga «con la mayor tranquilidad posible». Por eso, según explicó Motos, se ha comunicado la fecha de realojo a la Ertzaintza para que esté presente «por lo que ocurrió la última vez». El portavoz se refería así a los altercados del 1 de abril, cuando la Policía tuvo que desalojar a varios vecinos del propio portal y escoltar a una trabajadora social que resultó agredida. «La familia está asustada», aseguró. Por eso no estará sola. Otras asociaciones, como SOS Racismo, también estarán presentes mientras se instalan en el piso.

Además, el matrimonio de Sestao, que en un primer momento no se trasladará a la vivienda con sus hijos por motivos de seguridad, también estará escoltado por varios miembros de las asociaciones gitanas que les apoyan. «Nos quedaremos con ellos los primeros días hasta que la situación se normalice», anunció Eduardo Motos.

«Linchamiento»

La asociación de vecinos de La Arboleda, por su parte, también confía en que el traslado al piso protegido se desarrolle con tranquilidad, aunque no renuncia a su derecho a manifestarse frente a la vivienda para mostrar su rechazo al realojo. «Han cargado demasiado contra nosotros y ya hemos aprendido la lección», afirmó el presidente de la agrupación, Iñaki Zamarripa. Por ese motivo evitarán cualquier comentario o descalificación que pueda acarrearles «un nuevo linchamiento mediático».

La asociación de vecinos no es la única que se ha sentido atacada por algunos medios de comunicación. En una nota en su web, el PNV de Trapagaran también se defiende de las acusaciones de «silencio y falta de posicionamiento» o «cambio de postura», vertidas desde varias televisiones.