Las puertas del Reino Unido están cerradas para ellos. Sus mensajes incitando al odio y las soflamas incendiarias de sus discursos les convierten en indeseables. Fundamentalistas religiosos, ultranacionalistas, nazis y homófobos integran la lista de excluidos, publicada por primera vez, con nombres y apellidos, por el Gobierno de Londres.
El Ministerio del Interior británico ha desvelado la identidad de 16 de un total de 22 extranjeros a los que se prohibió la entrada en el país, desde octubre del pasado año hasta el mes de marzo. Entre ellos hay personajes muy distintos con el extremismo como punto en común. Uno de los fichados es Michael Savage, comentarista ultraconservador de una radio estadounidense.

‘SHOW’ CONTRA LOS GAIS En su show diario, escuchado en todo Estados Unidos, ha lanzado diatribas contra los inmigrantes, los homosexuales, los autistas, la prensa liberal o las violadas, que han causado indignación. Savage, cuyo verdadero nombre es Michael Alan Wiener, figura en la lista negra “por incitar a otros a cometer actos delictivos graves y promover el odio, que puede conducir a la violencia entre distintas comunidades”.
En similares circunstancias se encuentran el reverendo de Kansas Fred Phelps, y su hija Shirley, en campaña permanente contra los gais. El sutil eslogan de su Iglesia de confesión baptista – – “Dios odia a los maricones” – – lo dice todo. Ambos han achacado los ataques del 11 de septiembre, el huracán Katrina y las muertes de los soldados norteamericanos en Irak a un castigo divino, por la permisividad del país hacia los homosexuales.
Tampoco pueden viajar al Reino Unido el defensor de la supremacía blanca y antiguo miembro del Ku Klux Klan Stephen Donald Black, el líder nazi Erich Gliebe y dos integrantes de una banda rusa de cabezas rapadas. El rechazo del Gobierno británico se extiende a encarnizados enemigos, como el diputado del movimiento radical palestino Hamás Yunis al Astal, y el extremista judío Mike Guzovsky.
Si el primero promete a sus fieles que el islam tomará Roma, el segundo lidera un grupo extremista, la Jewish Legion y ha estado vinculado con una organización terrorista. Varios clérigos islamistas completan el grupo de los declarados persona no grata.
La ministra del Interior, Jacqui Smith, ha defendido la prohibición, establecida en 1995. “Es importante que la gente comprenda nuestros valores y nuestras normas y el tipo de cosas que convierte a alguien en indeseable en este país”, señaló Smith. Hay, sin embargo, quienes creen que las medidas van demasiado lejos. “Si la gente se los guarda para sí mismos, sus odiosos puntos de vista son cosa suya. No debemos entrar a vigilar lo que la gente piensa”, ha señalado Inayat Bunglawala, del Consejo Musulmán de Gran Bretaña.