'Los rumanos no volverán porque viven mejor en paro en España'

El ministro de Trabajo de Rumanía explica a Corbacho que la 'operación retorno' fracasa porque el subsidio español sextuplica su salario mínimo

El Mundo, OLGA R. SANMARTÍN, 05-05-2009

Los gobiernos de España y Rumanía han constatado que los ciudadanos rumanos resisten numantinamente en nuestro país. No hay crisis, ni paro, ni deudas aquí, ni prometedoras ofertas de trabajo allí que les convenzan de regresar a casa.

Lo admitía ayer el ministro español de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho «la comunidad rumana se está moviendo poco», y lo corroboraba, a su pesar, su homólogo Marian Sarbu, reconociendo así que todos sus esfuerzos por atraer a sus compatriotas han sido en vano: «La mayoría de los rumanos que están en España no ha expresado de una manera formal su deseo de regresar, probablemente porque están beneficiándose de las prestaciones por desempleo mucho más consistentes que hay en España».

«Vuelves si las condiciones para ti y tu familia son mejores que las del lugar de donde vas a salir», añadía, encogiéndose de hombros.

Y es que es difícil competir con España donde, de los 70.912 rumanos que actualmente están en paro, 41.329 cobran unas prestaciones por desempleo generosas. «Son 850 euros al mes, en función de la cotización, hasta un máximo de dos años», explicaba Corbacho en una rueda de prensa conjunta en Bucarest, casi arrepintiéndose a renglón seguido tras ver la cara de fascinación que ponían los periodistas rumanos. Porque 850 euros son una fortuna para un país que tiene precios europeos, ya que es seis veces más que el salario mínimo rumano (137 euros) y hay camareros que cobran 90.

Corbacho tuvo que aclarar que España tampoco es que sea jauja, que no todos los parados reciben prestaciones, que para cobrar dos años hay que estar cotizando seis… Y, sobre todo, tuvo que decir muy serio, por si alguien pudiera estar pensando en hacer las maletas, que «ahora no hay posibilidades reales de encontrar trabajo» en nuestro país.

Pero algunos de los presentes ya empezaban a hacer cuentas, sobre todo porque al paro hay que añadirle como bien le recordó a Corbacho una reportera rumana las prestaciones sanitarias, la educación gratuita y todo tipo de ayudas sociales que en Rumanía, hoy en día, son impensables.

El ministro español optó entonces por presentar un panorama tétrico de la economía española «la tasa de paro está en el 17,4%; en el último año se han destruido 1.300.000 puestos de trabajo, el 70% en la construcción; en el primer trimestre del año ha habido 16.000 desempleados rumanos más…», y aquello parecía una especie de competición del pesimismo. A Rumanía, en cualquier caso, no le van mejor las cosas. De las estimaciones iniciales que hablaban de 515.000 parados (una tasa del 5,8%) se ha pasado en poco tiempo a 620.000 (el 7%); la previsión de crecimiento se ha convertido en una de decrecimiento, y ha habido que pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI). El sector de la construcción, en donde se depositaron tantas esperanzas, funciona de mal en peor. Y, encima, por cada rumano que trabaja hay un pensionista que descansa. «Todo se ha quedado desfasado», apuntan las fuentes consultadas.

Así, no hay manera de que regresen a casa. Corbacho concluyó que los 253.038 rumanos afiliados a la Seguridad Social (de un total de 718.844 residentes) no van a ser los que se marchen, salvo casos excepcionales. «Tampoco pueden volver» los 41.329 que reciben prestaciones por desempleo, «porque es obligatorio que mientras cobran el paro se queden en España». Así que quedarían unos 30.000 que no reciben ningún subsidio y que serían, como mucho, los que podrían retornar.

A ellos va dirigida una idea que tiene Corbacho en la cabeza y que consiste en pagar el billete de vuelta a los rumanos que finalmente se decidan a regresar. El Gobierno ya ha encargado un informe jurídico para ver si legalmente se puede hacer algo así con ciudadanos de la UE. Y es que los rumanos, como europeos que son, no han podido acogerse al Plan de Retorno Voluntario que permite a los extranjeros capitalizar el paro a cambio de comprometerse a quedarse en su tierra durante una temporada y por el que han vuelto ya 4.000 extracomunitarios, según los últimos datos dados por el ministro.

Precisamente ayer, los ministros español y rumano se devanaban los sesos tratando de buscar fórmulas que faciliten el retorno de los desempleados rumanos. Dentro de esta estrategia, firmaron un convenio por el que las oficinas de empleo españolas informarán de las ofertas disponibles en Rumanía. El proyecto comenzará a funcionar dentro de un mes y medio. En cualquier caso, Corbacho ya tiene bastante claro y lo dice sin miedo en público que la comunidad de extranjeros más potente en nuestro país va a seguir siéndolo durante mucho tiempo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)