Bucarest
El Gobierno ha rectificado y ha cambiado su proyecto inicial de reforma de la Ley de Extranjería. El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, anunció ayer que «seguro» que se modificará el artículo que en el actual borrador persigue a las personas y colectivos sociales que presten ayuda humanitaria a los sin papeles, el conocido como ‘delito de hospitalidad’.
Corbacho admitió que el actual texto, que penaliza con multas de hasta 10.000 euros a los que de buena fe empadronan en su casa a los indocumentados, «estaba mal redactado» o «se entendió mal». «Nunca se va a perseguir a quien ejerza ayuda humanitaria. Partimos del principio de que ninguna organización va a cooperar en el tráfico de personas», manifestó.
También adelantó que en la nueva redacción se va a introducir el derecho de «los menores inmigrantes no acompañados a ser escuchados antes de su repatriación», aspecto no contemplado en el actual borrador a pesar de que el Tribunal Constitucional obligaba a ello.
Estas dos enmiendas llegan después de que numerosos colectivos e instituciones hayan denunciado la «desprotección» en la que deja a los inmigrantes la nueva Ley de Extranjería. Corbacho no oculta que a la hora de «introducir matices» ha tenido en cuenta la opinión del Consejo General del Poder Judicial.