Política migratoria

La Verdad, José Óscar de Santiago Cercós, 03-05-2009

La política migratoria española no debe alejarse nada de la europea, es decir, quien pueda entrar a trabajar a Alemania debería tener libre acceso a España. La realidad es otra.

España es el único país de Europa Occidental donde los asentamientos itinerantes son normales en nuestro paisaje, donde las mafias de la mendicidad son las reinas de la calle, donde tener o no papeles, seas o no comunitario, no te impide en la práctica vivir en cualquier lugar del país, donde la entrada, sobre todo por carretera de personas que jamás encontrarán un trabajo en España es continua, donde la ilegalidad y la inadaptación lejos de ser un problema es casi una ventaja.

La cifra de personas extranjeras sin trabajo y sin posibilidad de conseguirlo es el principal problema de una nación como la nuestra con casi un 15% de paro.

Si calculamos que el gasto medio por persona y año (entre gasto alimenticio, farmacéutico, asistencial y médico) es de unos 10.000 euros/año, la cifra de sólo dos millones de irregulares nos da la insostenible cantidad de 20.000 millones de euros, con la que se podrían paliar radicalmente los problemas asistenciales de cientos de miles de ancianos que viven en la miseria después de 50 años de trabajo, de familias a las que los bancos han embargado la vivienda o incluso apoyar a aquellas madres que les gustaría tener algo que dar de comer a su hijo por nacer o ya nacido. España siempre con miedo, siempre de rodillas, siempre huyendo de la realidad, pobre país y pobres paisanos. De cualquier forma, a los españoles siempre nos queda emigrar, porque ahí fuera sí hay trabajo.

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