EE.UU.

Obama aplaza la reforma migratoria que preveía regularizar inmigrantes

La Voz de Galicia, Victoria Toro | Corresponsal, 03-05-2009

Las deportaciones continúan basándose en la norma vigente, implantada por George W. Bush

Críticas de diversos sectores a su nuevo compromiso de que este año solo se iniciará el debate

Las deportaciones continúan basándose en la norma vigente, implantada por George W. Bush

El Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, dirigido por Janet Napolitano, acaba de hacer públicas las nuevas normas para luchar contra la inmigración ilegal, después de que el presidente Barack Obama asegurase que la prometida y anhelada reforma migratoria, que incluía la regulación de sin papeles , tendrá que esperar.

Las críticas le llegaron por todas partes. Unas, por posponer un asunto de máxima urgencia, y otras, porque entienden que los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los estadounidenses.

Pero de momento, las normas anunciadas poco tienen de nuevas, y las asociaciones de inmigrantes acusan al Gobierno de seguir la línea de George W. Bush en política migratoria.

A falta de una ley, Bush determinó que los inmigrantes sin visado fuesen llevados a centros de internamiento y deportados en no más de 90 días.

En los últimos años, EE.?UU. deportó a miles de extranjeros. Pero se calcula que todavía hay más de 12 millones que no tienen documentos que les permitan vivir o trabajar en el país.

Obama defendió durante la campaña electoral la necesidad de una nueva ley e insistió en que tendría presentes los principios humanitarios.

Cuando esta semana Janet Napolitano presentó la nueva reglamentación insistió en que se centrará en perseguir y multar a los empleadores de personas sin visado. Pero como las normas aprobadas por Bush siguen en vigor, la medida afecta también a los empleados, y el Gobierno no ha puesto punto final a las deportaciones.

Debate sobre la reforma

Así que el problema sigue igual. En la rueda de prensa que Obama dio el pasado miércoles para analizar sus primeros cien días en la Presidencia se le preguntó por la reforma migratoria. «Voy a ponerlo en marcha tan pronto como me sea posible», dijo. Pero lo cierto es que solo se ha comprometido a que en este primer año de mandato se inicie el debate. La desilusión ha cundido entre las asociaciones que los representan y los millones de inmigrantes que esperan una solución.

Las razones que han llevado a Obama a posponer esta cuestión son dos. La primera, el número de problemas urgentes que tiene sobre la mesa. Como él mismo explicó, «en un momento normal, un Gobierno tiene dos o tres grandes cuestiones que resolver. Nosotros tenemos siete u ocho»: la crisis económica, una amenaza de pandemia por la gripe, dos guerras y las reformas sanitaria y educativa.

Pero es que además, los analistas creen que Obama aparca deliberadamente las cuestiones más polémicas, como la reforma migratoria, el aborto o los matrimonios entre homosexuales para no enfrentarse radicalmente con los republicanos y sacar adelante con consensos otros asuntos. Y no hay duda de que la reforma migratoria es uno de los asuntos más polémicos. Ni siquiera Bush, que contaba con mayoría republicana en la Cámara, lo consiguió.

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