Washington. Barack Obama, presidente de EE. UU., reiteró ayer su compromiso de lograr una reforma migratoria, y prometió que para ello buscará la cooperación de quienes estén interesados en resolver “este problema crucial”.

“Queremos avanzar en este proceso. No podemos continuar con este sistema fallido. No es bueno para nadie”, señaló Obama en una conferencia de prensa ofrecida al cumplir cien días en la Casa Blanca.

Se calcula que en Estados Unidos viven alrededor de 12 millones de residentes ilegales.

El presidente de EE. UU. expuso que es partidario de una reforma que incluya la eventual naturalización de esos residentes ilegales.

Sin embargo, afirmó que antes de eso los estadounidenses deben estar convencidos de que se está haciendo todo lo posible por garantizar la seguridad de las fronteras.

Obama indicó que el ingreso de trabajadores ilegales en ese país se ha convertido en un factor de presión en las comunidades fronterizas y es fuente de muchos problemas.

El gobernante fue consultado sobre su estrategia frente a la reforma migratoria y si está dispuesto a estudiar el asunto con el senador republicano John McCain, su rival en las elecciones de noviembre último.

“Me gustaría unirme a él y a otros para analizar este problema crucial” , comentó.

Obama también expresó que podría citar a un grupo de expertos para analizar el asunto, “en un marco que sirva para avanzar en este proceso”, y para “mostrar que hay una estrategia bien concebida”.

Además, “queremos demostrar que podemos conseguir resultados respecto de la inmigración”, dijo el jefe de la Casa Blanca.

EFE