Los gitanos enferman más

El Mundo, RAFAEL J. ALVAREZ, 29-04-2009

Sanidad concluye que sus «condiciones de precariedad» explican tasas más altas de asma, hernias, úlceras o depresión, y que doblen el número de accidentes Madrid


Los gitanos y las gitanas tienen más asma, colesterol, enfisemas, úlceras, alergias, depresión, enfermedades mentales, jaquecas, hernias, problemas derivados de la menopausia y bronquitis que el resto de la población. Pero nada hay en su etnia que lo explique más que sus peores condiciones de vida, su marginación social y económica. «La vivienda, la precariedad, el tipo de empleos y las mayores dificultades a la hora de alcanzar un nivel educativo adecuado son algunos de los factores que hacen que la comunidad gitana tenga mayores problemas de salud», resume el Ministerio de Sanidad.


Perogrullo firmaría que a más pobreza, más problemas, pero le faltaría medir ambas cosas. Sanidad le ha puesto cifras a las consecuencias que el histórico apartamiento social de los gitanos tiene sobre su salud.


El informe Hacia la equidad en salud, que la ministra Trinidad Jiménez presentó ayer con el boato de las grandes citas de auditorio, cruza los datos de un sondeo realizado entre gitanos este año con la última Encuesta Nacional de Salud, la de 2006.


La conclusión es que la población gitana «tiene un estado de salud peor que el conjunto de la ciudadanía de nuestro país».


Y eso pasa en los universos de la obesidad, el tabaco, el alcohol, los accidentes, la medicina preventiva y la situación bucodental.«Debemos acabar con las desigualdades en el plazo de una generación», confío ayer la ministra.


El 26,4% de las mujeres gitanas presenta esa gordura que trae problemas, casi el doble que las payas, que andan en el 15,2%.Y en menores, la diferencia es aún mayor: el 23% de las niñas y adolescentes gitanas tiene obesidad por el 10% de las demás.En asuntos de alimentación y de dieta sana, siempre pierden los mismos: un 5,5% de niños gitanos y un 8,4% de las niñas no desayunan nunca, una cifra que quintuplica a la del conjunto de la población.Los gitanos toman menos verdura y frutas que los que no lo son, pero más azúcares o grasas animales. Y si uno de cada 10 niños payos ve al día más de tres horas de televisión, en el mundo gitano son cuatro de cada 10. Sedentarismo infantil frente al imaginario colectivo.


El porcentaje de gitanos que fuma es casi el doble que el de la población general (55% por 31%, respectivamente). En los jóvenes de entre 16 a 24 años, la cosa se dispara (un 25% de fumadores payos frente a un 56% de gitanos). Sin embargo, las mujeres de esta etnia fuman menos que las que no lo son (un 14% contra un 21%).


El tabaco aparece antes en la vida de los gitanos que en la de los demás. Si la edad de inicio en la población general está fijada en los 17 años, en ellos se coloca en los 14,4. Y con el alcohol pasa igual: los gitanos empiezan a los 16 años y los demás a los 18. Con las chicas se mantienen las diferencias, aunque algo menores. Todo eso, según las dos encuestas cruzadas por el Ministerio de Sanidad.


El estudio cuenta que hay más abstemias entre las gitanas (62%) que entre las demás (56%). En hombres es al revés: el 24% de los gitanos no bebe frente al 31% de la población en general.


La diferencia más grande (18 puntos porcentuales) está, otra vez, entre los jóvenes: bebe el 58% de los payos de entre 16 y 24 años, frente a un 76%.


El informe también aborda las lesiones por accidentes de tráfico: los gitanos tienen el doble (un 41% frente a un 21% de la población general). «Hay que analizar las condiciones de seguridad de sus vehículos para diseñar medidas tendentes a la reducción de los accidentes de tráfico».

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