Medio millar de personas ha pedido asilo político en Euskadi en los últimos cinco años

Diario de noticias de Alava, txus díez, 26-04-2009

Colombia e Irak son los países de los que principalmente provienen los amenazados residentes en Euskadi

vitoria. El pasado viernes 17, más de 300 personas salieron a la calle en Bilbao para denunciar el proyecto de Ley de Asilo que el Gobierno español pretende sacar adelante y que, a juicio de los convocantes, CEAR – Euskadi, Harresiak Apurtu y SOS Racismo, supone un grave retroceso en un derecho consagrado por la Convención de Ginebra de 1951 sobre el estatuto de los refugiados. En el caso de Euskadi, el número de solicitudes en los últimos cinco años ha sido de 475, principalmente de países como Colombia, Irak, Argelia, Nigeria, Congo, Costa de Marfil, Camerún o Cuba.

De los casos gestionados por el Comité Español de Ayuda al Refugiado en Euskadi, CEAR, que por otra parte son la mayoría, desde 2004 el Ministerio de Interior ha concedido el estatuto de refugiado a doce personas, más otras nueve que obtuvieron la llamada extensión de dicho estatuto, generalmente familiares del amenazado. Otras nueve personas obtuvieron la protección complementaria por motivos humanitarios y a 24 más se les concedió el estatuto por las mismas razones.

Por territorios Bizkaia es el que más casos presenta, con mucha diferencia, además, con respecto a Álava y Gipuzkoa. El año pasado, por ejemplo, en territorio vizcaíno se presentaron 98 solicitudes, 91 de ellas tramitadas por CEAR, frente a las nueve de Gipuzkoa y al único caso registrado en Álava.

La evolución de las solicitudes en el País Vasco, pese a la tendencia decreciente generalizada en el conjunto del Estado, ha sido bastante irregular en los últimos cinco años. Así, en 2004 se registraron en Euskadi 97 peticiones de asilo, por las 98 de 2005, las 80 tramitadas en 2006, la 92 del año 2007 y las 108 registradas el año pasado.

La evolución en España ha sido radicalmente diferente. Según CEAR Euskadi, en 2008 el Estado registró el menor número de solicitudes en 20 años, 4.516, debido a una política cada vez más restrictiva para quienes han debido huir de sus países por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado y opiniones políticas. Sin embargo, un año antes se produjo un repunte de solicitudes por el aumento de peticiones de iraquíes, víctimas de una guerra condenada por el mismo Ejecutivo que ahora les niega la condición de amenazados.

Como norma, España deniega cada año el 97% de las peticiones, la mitad de ellas tras efectuar una primera y superficial entrevista con el interesado, como explica Raquel Celis, responsable del área de Incidencia y Participación Social de CEAR. El 3% de afortunados a quienes se reconoce el estatus de refugiado no varía, independientemente del número de solicitudes que haya cada año o de los países de origen de los amenazados, en una política que parece más de cuotas que de estudio personalizado de cada caso.

el papel de la geografía Las 151 personas a las que se concedió el asilo en el Estado en 2008 suponen una cifra irrisoria comparada con las que asumen los países que comparten frontera con los emisores de refugiados. Así, según indica el coordinador del área jurídica de CEAR Euskadi, Javier Canivell, son los países del Sur los que sufren el problema del desplazamiento de miles personas a causa de la guerra, el integrismo o la dictadura.

“Parece que a la UE llegan todos los refugiados del mundo, y eso no es cierto. Cuando hace poco hubo un brote racial terrible en Kenia llegaron a Tanzania, y los de Irak llegan a Siria o Jordania, que acogió a más iraquíes que toda la Unión Europea”, explica Canivell. Los datos de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) son claros al respecto. Si EEUU acoge a un refugiado por cada 2.032 habitantes, Alemania a uno por cada 3.815, y Japón a uno por cada 44.110, Chad recibe a un refugiado por cada 37 nacionales, Siria a uno por cada 11 y Jordania a uno por cada 9. En estos casos, los desplazados suponen un auténtico problema económico y social para los receptores, que sin embargo no cierran su frontera.

Es cierto que la geografía juega un papel relevante cuando uno ha de salir corriendo con lo puesto. “De momento te apartas del peligro”, señala Canivell, pero también es cierto que las políticas de los países ricos son cada vez más herméticas.

El borrador de Ley de Asilo que maneja el Gobierno central propone a Marruecos como país seguro, en lo que puede ser una jugada maestra para quitarse el problema de encima. “Una persona que viene de Congo, por ejemplo, ha de atravesar África. Si la Administración dice que Marruecos es un país seguro se quita de encima su solicitud de asilo. Con el listado de países seguros se pretende que la competencia y el estudio de las solicitudes revierta en esos países”, explica Canivell.

El nuevo texto elimina además la posibilidad de solicitar asilo en las embajadas españolas, y no especifica el derecho a la asistencia jurídica gratuita ni incluye el género como motivo de petición de asilo, tal y como le exige la Ley de Igualdad. Ante esta situación, el Gobierno Vasco, el Parlamento de Vitoria o las diputaciones carecen de cualquier competencia. En España es la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio de Interior el único órgano decisorio a la hora de reconocer o denegar el derecho de asilo.

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