ONGs se interrogan sobre aplicación efectiva de declaración Durban II

Prensa Libre, 25-04-2009

GINEBRA, (AFP) –
La ONU cerró este viernes en Ginebra la Conferencia Durban II sobre racismo, cuyo éxito dependerá de la aplicación efectiva por parte de los Estados de la declaración final adoptada el martes, lo que genera dudas de las organizaciones no gubernamentales.


Esta declaración fue adoptada de forma anticipada por los 182 Estados participantes para poner fin al escándalo provocado por los comentarios antisemitas del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, que tachó de “racista” a Israel.


Durante su discurso, los representantes de la Unión Europea abandonaron la sala de conferencias.


La declaración reafirma los compromisos adquiridos en 2001 en Sudáfrica, en la Conferencia de Durban contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia asociada.


Incluso antes de la clausura, la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navanethem Pillay, denunció la “máquina de propaganda” activada por los detractores de la conferencia tras tratarla de “fracaso”. Para ella, se trata de un “éxito” hecho realidad gracias a las “concesiones” hechas por “todos los grupos regionales y políticos” de la ONU.


Como la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), algunas ONGs ven una “respuesta fuerte” de los Estados a las polémicas que acompañaron las negociaciones del texto, como la libertad de expresión, firmemente defendida por los Occidentales, y la difamación de las religiones, a la que los países musulmanes renunciaron ante el posible boicot de los Occidentales.


Para la ONG Article 19, el texto marca “un avance considerable” en materia de libertad de expresión porque “coloca al individuo en el centro y estipula que es éste el que tiene los derechos, y no las religiones”.


Para HRW, la conferencia “obtuvo importantes resultados sobre muchas cuestiones como la protección de los emigrantes y de los refugiados”.


La declaración, que no menciona ningún Estado en especial, hace un llamamiento a “no olvidar nunca el Holocausto”.


Otras ONG dudan de que los Estados tengan la voluntad política de aplicar las recomendaciones del texto.


Según Gianfranco Fattorini, del Movimiento contra el Racismo y para la Amistad entre los Pueblos, todo dependerá del “apoyo que los Estados querrán acordar al Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos” y en especial al proyecto de observatorios regionales del racismo previsto en el documento.


Para muchos participantes, el riesgo era que la conferencia se alejara de su objetivo de tratar el fenómeno del racismo, cada vez más importante desde 2001 y los atentados del 11 de septiembre.


La Liga Contra el Racismo y el Antisemitismo (LICRA) denunció una “declaración – trampa”, “sin envergadura ni ambición”, empañada por el discurso antisemita del presidente iraní.

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