Los inmigrantes recortan drásticamente las remesas a sus países por la crisis

En el último cuatrimestre del 2008 cayeron en el Estado un 20,6% y en enero, las de Latinoamérica descendieron un 13%

Diario de Noticias, ana ibarra, 24-04-2009

pamplona. La crisis está detrás de la caída del envío de remesas de inmigrantes a sus países de origen. En 2008 los inmigrantes que viven en España enviaron a sus países un total de 7.840 millones de euros frente a los 8.445 que se enviaron el año anterior (7,2%), según datos publicados este mismo mes por el Banco de España. Los envíos del cuarto trimestre cayeron un 20,6% respecto al 2007. Según el Banco Interamericano de Desarrollo las remesas recibidas por América Latina bajaron en enero un 13% y seguirán bajando este año.

En Navarra, la encuesta a la población inmigrante de 2008 (Gobierno y UPNA) pone de manifiesto que el 59,4% de la población inmigrante residente en Navarra envía remesas y un 44,1% lo hace con regularidad todos los meses; otro 26,9% lo hace con regularidad pero no cada mes y un 28,9% ocasionalmente.

Sin embargo, la recesión económica ha duplicado en año y medio las cifras de desempleo que ya alcanza casi el 14% de la población activa (10,7% 38.311 personas en Navarra, según el INEM), y las cifras que se vaticinan para el 2009 son peores. Los trabajadores extranjeros se han visto más afectados por la crisis que los españoles. En 2008 el 25,2% de los extranjeros en Navarra estaba en paro.

Silvia Velasquez, presidenta de la FAIN, asegura que mucha gente se ha quedado en paro y ni siquiera tiene derecho a desempleo por la precariedad de los empleos. “Tiene que subsistir con algo y pagar una habitación por lo que no puede enviar dinero. Además, viven de la renta básica, de la ayuda de Cáritas o del Banco de Alimentos. Además, muchos han trabajado en la construcción y tienen difícil reciclaje. Los hay que se han ido unos meses y que esperan volver”, indica.

Nancy Tapia , de 29 años, está al frente de la asociación de inmigrantes bolivianos (unos 4.000). Entró como turista hace cuatro años y medio, es contable pero en Pamplona – envuelta en una nueva identidad – trabaja en el servicio doméstico. “Es triste vivir lejos de tu familia porque no puedes estar con ellos en momentos difíciles y en el plano sentimental se sufre. Mi hermano falleció en Buenos Aires y no pude ir a despedirle porque, si me marchaba, no podía regresar, y mi padre depende del dinero que yo le envío porque sufrió una embolia”, relata. Ella ha conseguido mantener el flujo que envía a Cochabamba pero reconoce que los envíos a Bolivia se han reducido. En la mayoría de los casos, cubren las necesidades familiares de comida, colegio y salud, y “con los posibles ahorros, comprar una casita”, sin olvidar que hay que pagar el préstamo del viaje. En 2008, el 29,5% de los extranjeros residentes en Navarra declaraba enviar entre 601 y 1.200 euros, un 15,3% estaba en condiciones de mandar entre 1.201 y 2.000 euros, el 13,2% superaba los 2.000 y el 17,7% más de 3.000. Sin embargo, entre el 2003 y 2008 aumentó del 34,2 al 40% el número de extracomunitarios que no enviaba dinero. Entre las razones, no tener familiares dependientes, la reagrupación familiar, la insuficiencia del salario o la crisis.

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