Crisis diplomática con Suiza en el día en que se recuerda el Holocausto

La Voz de Galicia, Manuela Araújo | Corresponsal, 21-04-2009

La reacción de Israel ante la presencia de Mahmud Ahmadineyad en Ginebra no se ha hecho esperar. El Gobierno de Tel Aviv llamó ayer a consultas a su embajador en Suiza y criticó la neutralidad de ese país. El inicio de la controvertida conferencia de la ONU coincide con la jornada de conmemoración del Holocausto judío.

«Seis millones de los nuestros fueron masacrados durante el Holocausto. Desgraciadamente, no todos han aprendido la lección», aseguró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. «Mientras nosotros los recordamos, una conferencia pretendidamente antirracista comienza en Suiza. Y el invitado de honor es un racista, un negacionista del Holocausto que no oculta su intención de borrar a Israel de la faz de la tierra», añadió.

Llamada al embajador

Su indignación pasó de las palabras a los hechos. El embajador de Israel en Suiza recibió la orden de regresar a su país, mientras que la jefa de la diplomacia suiza en Tel Aviv era invitada a una reunión con el nuevo ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, conocido por sus mensajes xenófobos.

La crisis diplomática comenzó a gestarse el domingo, cuando el presidente suizo, Hans Rudolf Merz, recibió a Ahmadineyad a su llegada a Ginebra. Merz apeló a la tradicional posición mediadora de Suiza y al hecho de este país no pertenece a ninguna alianza para defender el encuentro, algo que calentó aún más los ánimos.

Dolido

«Profundamente dolido y avergonzado» se declaró ayer el presidente israelí, Simon Peres. «Tiene que haber límites, incluso para la neutralidad suiza. ¿Es de verdad hoy el día indicado? ¿Es ese el hombre que debe hablar? ¿Son estas las perspectivas de futuro?», se planteó. El jefe de Estado israelí llegó a comparar a Ahmadineyad con Hitler y Stalin en su persecución de los judíos.

Por segunda vez, el Gobierno israelí no participa en la conferencia sobre el racismo, pero sí desplegó una campaña de incidencia, que incluye, según el diario Haaretz , el envío de intelectuales, artistas y estudiantes y un centro de prensa para responder de forma inmediata a cualquier crítica de tintes antijudíos.

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