Un carguero turco que los recogió pasó cuatro días en alta mar sin saber a qué puerto acudir Roma

Después de cuatro días echando un pulso con Malta, Italia decidió finalmente ayer permitir el desembarco en sus costas del Pinar, el carguero turco que el pasado jueves rescató a 140 inmigrantes que se encontraban a la deriva en dos cayucos en el canal de Sicilia.

El comandante del barco, Aisk Tuygun, aguardaba desde el jueves atracado al sur de la isla siciliana de Lampedusa a que le comunicaran dónde podía desembarcar a los 140 inmigrantes que recogió del mar por motivos humanitarios. Sin embargo, hasta ayer por la noche, tanto Malta como Italia, los dos países más próximos al lugar del suceso, se negaban a hacerse cargo de ellos, alegando cada uno de ellos que los inmigrantes eran responsabilidad del otro.

Sólo a última hora, el Ministerio de Exteriores italiano emitía un comunicado en el que anunciaba que Italia accedía a acoger a los inmigrantes y autorizando al Pinar a poner rumbo hacia sus costas.

El carguero turco remolca además una lancha con el cadáver de una inmigrante embarazada que ya estaba muerta cuando fue subida al barco.

La decisión de Italia de hacerse cargo de los inmigrantes se producía después de un enconado pulso con Malta y cuando las condiciones en el Pinar comenzaban a hacerse insostenibles. En el barco no sólo comenzaba a escasear el agua y la comida, sino que además eran pésimas las condiciones higiénicas en las que se encontraban los 140 inmigrantes, de los cuales 35 son mujeres, dos de ellas embarazadas. De hecho, una veintena de personas fueron ayer trasladadas a bordo de una embarcación de la guardia italiana costera a Lampedusa, dado su delicado estado de salud (fiebre alta y síntomas de deshidratación).

elmundo.es

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Ve las imágenes de los inmigrantes en la cubierta del carguero turco.