EE UU encabeza a los países que boicotearán la conferencia de la ONU contra el racismo que comienza hoy en Ginebra, con el pretexto de que será una plataforma para incitar al odio contra Israel y el sionismo. El borrador de la declaración final de la conferencia, adoptado el viernes por consenso, no menciona a Israel, al antisemitismo o a los territorios palestinos ocupados. A la decisión de Washington se han sumado hasta ahora Israel, Italia, Canadá, Australia y Holanda.

El Gobierno estadounidense cree que el texto final contiene un lenguaje que no puede aceptar porque “reafirma” en su conjunto la Declaración de la conferencia de Durban (Suráfrica) de 2001, que las delegaciones de EE UU e Israel abandonaron porque consideraron que tuvo un tono marcadamente antiisraelí. El actual borrador sí incluye una mención al Holocausto y al hecho de que no puede olvidarse ese genocidio.

Pese al boicoteo, Washington quiso recalcar que “sigue completamente comprometido” con la defensa de los derechos humanos de todos los individuos y también con la lucha contra cualquier forma de discriminación racial, en un comunicado leído el sábado por el portavoz del Departamento de Estado, Robert Woods.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navy Pillay, se mostró ayer decepcionada por la falta de apoyo estadounidense y declaró que EE UU podría haber superado su oposición, dejando clara su postura en una nota a pie de página del documento, lo que es una práctica rutinaria en las negociaciones multilaterales.