VALENCIA – Más de 60 personas inmigrantes, entre ellas dos niños y una embarazada de origen rumano, esperan en la fábrica de Gens, sita en la avenida Burjassot, a que se ejecute la orden de desalojo. Ayer, varias dotaciones de la Policía Nacional se acercaron hasta el lugar para identificar a todos los presentes.
La citada identificación se realizó con toda normalidad, salvo por la evidente molestia de los afectados, de hecho, algunos de ello trataban de pasar desapercibidos para no tener que entregar la documentación a los agentes. En unas condiciones lamentables tanto de seguridad como de higiene malviven, junto a roedores y cucarachas, más de 60 personas.
La fábrica está medio en ruinas y, en su interior, comen, duermen, se lavan e incluso hacen sus necesidades. El olor a putrefacción y a suciedad es irrespirable. Los niños corretean alrededor de kilos de basura que, además, utilizan como improvisados juguetes con lo que pasar el rato. En el interior de una de las naves, una familia rumana se calentaba con una hoguera que llenaba de humo el ambiente haciendo difícil incluso respirar con normalidad.
El lugar está ocupado desde hace poco más de un año y las ONG de ayuda a inmigrantes lo utilizan como una especie de «albergue» improvisado ante la imposibilidad de llevar a otro lugar a los inmigrantes.
Desde que se autorizara el desalojo de la fábrica, que goza de protección nivel 2 pues es «art decó», las organizaciones de ayuda a los inmigrantes se pusieron en pie de guerra y demandan ayuda para evitar que se ejecute el mandamiento.
Este es el tercer desalojo masivo de inmigrantes en dos años, sin contar las pequeñas colonias rumanas que también han sido desalojadas de diferentes edificios abandonados de la ciudad. Los anteriores fueron en la fábrica de Macosa y en el río.