La policía descubre adolescentes afganos escondidos en las galerias subterráneas de una estación ferroviaria de Roma

El Periodico, ROSSEND DOMÈNECH, 13-04-2009

Son todos afganos, como la mayoría de los 98 adultos que, con ellos, habían transformado las galerías subterráneas de una céntrica estación ferroviaria de Roma en armarios, refugio y, de ser necesario, en habitaciones para dormir. Los descubrieron el pasado viernes por la noche, durante una limpieza extraordinaria de tres estaciones de Roma, usadas regularmente por sin papeles y clandestinos en general. Eran 24 adolescentes que, al precio de 10.000 euros pagados por sus familias, habían recorrido los 8.000 kilómetros que separan Kabul o Herat de las alcantarillas de la estación Roma – Ostiense.
A pie, en los ejes de los camiones y en las estibas de los barcos, pasando por Turquía, estacionando en los alrededores de Corinto, en Grecia, y embarcándose en el puerto también griego de Patras, siguiendo una ruta desde tiempo conocida por las autoridades de todos los países que atraviesa. Hasta tal punto es conocida que sobre la odisea de “los niños fantasma” ya habían sido publicados varios reportajes en los diarios italianos.
Todos los menores llevaban el nombre de la estación Ostiense en el bolsillo como punto de referencia, porque desde esa estación romana proseguían hacia Oslo y Estocolmo, en el norte de Europa. “Allí nos dan el estatus de refugiado”, explicaron.
“Cuando nos dimos cuenta de que eran niños, el corazón me dio un sobresalto”, relató Carlo Casini, comandante de la Polfer, la policía ferroviaria. La policía ha explicado cómo la primera reacción de los adolescentes fue de pavor y de cómo fue difícil entablar un diálogo con ellos porque hablaban sólo lenguas de Afganistán. Se entendieron por signos. Al final, les llevaron a un hospital para un reconocimiento médico.

Más de 1.000 niños
Como ellos, en la capital italiana hay más de 1.000 niños, el 30% de los cuales son afganos que se buscan la vida a diario hurgando en las basuras a la espera del día en que alguien, generalmente un joven mayor que ellos, les de las indicaciones oportunas para viajar hacia el norte de Europa.
“¿Cuál es el camino de Estocolmo?”, preguntó uno de ellos a la policía de frontera en el puerto de Ancona, en el Adriático, cuando fue descubierto debajo de un remolque que llegaba de Grecia. “La vida en viaje solo es muy difícil”, relató en un inglés aproximativo un adolescente de 14 años a un diario local a través de un intérprete.
“Partí cuando el invierno casi se terminó – – prosigue – – , pero he sufrido mucho frío y hambre. Sabemos que antes de llegar a destino no debemos dejar que nos descubran en las fronteras, a veces arriesgamos mucho, incluso vida. Yo estuve encerrado en el contenedor de una nave hasta Patras y después pasé a Italia colgado en el semieje de un camión; temía caer, como sucedió a otros amigos, troceados por las ruedas; en la estación Ostiense pasa mucha gente, me han pedido prostituirme; tenemos que aprender rápidamente cómo se sobrevive en la calle; me ha ido bien”, contó.

Decapitada
La madre de uno de los 24 niños había sido decapitada en Afganistán y su padre, que se quedó en el país con otros cuatro hijos, ayer pudo hablar finalmente con el “fantasma” de la alcantarilla. “¿No tenías que encontrarte en Italia, verdad?” , le dijo.
En el 2004 fueron descubiertos en Roma 32 niños afganos. En el 2007 ya eran 264. Ese año, las autoridades romanas estimaron que los menores sin padres presentes en la ciudad eran 1.152, la mayoría de los cuales eran rumanos, seguidos de afganos, moldavos, egipcios y marroquís. En aquel año llegaron clandestinamente a Italia por varias fronteras 7.797 menores no acompañados. Muchos han sido localizados, pero otros no, y las autoridades se preguntan dónde se encuentran. Temen, sobre todo, que sean víctimas de redes de prostitución y tráfico de órganos.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)