En 1968 el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucionales todas las formas de segregación racial. Hasta entonces la separación por grupos de raza o color era frecuente. Escuelas, comercios, autobuses… se dividían en razón de la etnia u origen. Hoy, 41 años después, una localidad italiana, Foggia, capital de la provincia del mismo nombre en la región de Apulia, allá donde la bota itálica forma su tacón, vuelve a ponerla en práctica: la compañía de transporte público de la ciudad, es decir, la encargada de gestionar los autobuses urbanos de la misma, inaugura una línea de bus sólo para inmigrantes.

Orazio Ciliberti, alcalde de la localidad, que tiene nada menos que 156.072 habitantes, ha querido aclarar que “no se trata de una cuestión de racismo, sino de crear un servicio mejor”, pero sus palabras no son capaces de evitar el tufo segregacionista que suelta la medida.

el arrabal de mezzanone Por mucho que Ciliberti asegure que “nadie impide a los inmigrantes del centro de acogida que caminen dos kilómetros para poder coger el autobús que parte del centro de Mezzanone”, sus palabras no convencen.

Mezzanone, aunque el alcalde no lo diga, no es sólo el barrio en el que se encuentra el centro de acogida de los inmigrantes ilegales que llegan a Foggia sino también un arrabal en el que viven la mayoría de los otros inmigrantes que, con papeles o sin ellos, trabajan y viven en la ciudad. Inmigrantes que, a partir del lunes deberán coger un autobús diferente que los italianos de pura cepa que también residen en la zona.

La segregaciónes tan clara que, en realidad, se trata de una segregación literal de línea, por cuanto han duplicado la 24, que hasta ahora cogían la mayoría de los inmigrantes junto a todos los demás ciudadanos de Foggia que lo necesitaran, con dos recorridos diferentes. Ahora habrá dos líneas con dos recorridos diferentes: uno para los italianos residentes en la localidad y otro para los inmigrantes que unirá Foggia con Mezzanone.

El autobús destinado a los inmigrantes tendrá su origen en el centro de acogida para los solicitantes de asilo ubicado en ese arrabal, en la zona donde residen la mayoría de los subsaharianos que llegaron a Foggia, mientras que la línea tradicional reservada a los italianos partirá del centro del barrio.

Según algunos medios locales que se han hecho eco de la iniciativa municipal, la decisión de poner dos autobuses diferentes no sólo tiene el visto bueno del Ayuntamiento que dirige Orazio Ciliberti sino que también ha obtenido la aprobación del Ministerio del Interior italiano. Al parecer, la opinión favorable se debe a los problemas sucedidos en los últimos tiempos entre los inmigrantes y los residentes en Mezzanone.

escolta policial Así, el diario La Repubblica explica que durante los últimos meses se han vivido diversos episodios de “intolerancia por parte de los residentes en Mezzanone, cansados de robos y molestias por parte de los inmigrantes” relata que numerosos conductores de autobús han solicitado escolta policial tras haber sufrido agresiones.

Sin embargo, el gobernador de la región, Nichi Vendola, ha asegurado que es necesario “abolir cuanto antes” la iniciativa, a la vez que ha asegurado que las medidas que deben tomarse son las de multiplicar los servicios para todos los residentes en la zona.

“Nada impide a los inmigrantes coger el otro autobús”, se defiende el alcalde

Los partidarios de la medida sacan a relucir altercados y agresiones en los últimos meses