1.500 inmigrantes afincados en BCN tramitan su marcha a países de la UE

El Periodico, ANTONIO BAQUERO, 06-04-2009

Muchos han emprendido el regreso a sus países de origen. Pero no todos. Aunque han decidido marcharse de España, numerosos inmigrantes que se encuentran en paro no volverán, por el momento, a sus lugares de origen: han optado por probar fortuna en otros países de la Unión Europea. Prueba de ello es que, según fuentes de Interior, desde diciembre y solo en la ciudad de Barcelona, unos 1.500 inmigrantes han solicitado el cambio de su tarjeta de residencia permanente por la tarjeta de residente de larga duración, un documento homologado por los Veintisiete que les abre la puerta para instalarse de forma legal en cualquier estado miembro.
Esa nueva tarjeta se empezó a expedir en diciembre y pueden solicitarla todos los extranjeros que ya tienen la de residencia permanente. El Gobierno español cumple así con la directiva 2003 – 109 del Consejo de la UE, que establece la existencia de un documento que equipara parte – – no todos – – de los derechos de esos inmigrantes con los de los ciudadanos europeos. Al Ejecutivo, que durante años se resistió a aplicar la directiva por temor a que llegaran inmigrantes de otros países de la UE, en estos tiempos de crisis la norma le viene como anillo al dedo para reducir la presencia de extranjeros en paro.

LA MAYORÍA, PAQUISTANÍS
Entre los derechos está el de poder circular e instalarse libremente en otros países miembros. Es esa posibilidad la que, en estos momentos de recesión, lleva a muchos foráneos con la residencia permanente a cambiar su tarjeta por la de larga duración para buscar trabajo a otros países de la UE, sobre todo el Reino Unido, Francia, Bélgica, Irlanda y Dinamarca, pues creen que allí la crisis es menos grave.
Los paquistanís son el colectivo que más ha solicitado la nueva tarjeta. Uno de ellos es Anjoum Khan, que el viernes acudió a la oficina de extranjería de la calle de Balmes, en Barcelona, a solicitar el cambio de su tarjeta. “Llevo aquí desde el 2003 y siempre he tenido trabajo en la construcción. Para mí, España es como una madre, pero hace ocho meses que estoy en el paro. La crisis aquí es muy dura, más que en otros lugares como Francia e Inglaterra. Creo que en esos países aún es posible encontrar un trabajo”, explica este hombre de porte elegante.
Khan quiere ir a Francia. “Antes de venir a España, ya estuve allí. Hablo francés y tengo conocidos. Cuando tenga la nueva tarjeta, les pediré que me busquen un contrato”, añade. El viernes le acompañaba Javed Ghaza, otro paquistaní, que tiene previsto trasladarse al Reino Unido. “Llevo ocho años aquí y las cosas son muy difíciles. En cambio, en Inglaterra tengo familiares”, argumenta.
Hay incluso extranjeros con trabajo que han tramitado ya ese nuevo documento. Es el caso del paquistaní Habib Ulláh, que mantiene su empleo en una productora audiovisual. “A mí me va bien, pero quiero estar preparado por si me quedo en paro. La crisis es muy dura”, reconoce. Su destino sería el Reino Unido.
La desesperación en que se encuentran muchos inmigrantes que llevan meses desempleados es terreno abonado para rumores. El último de ellos es que en Irlanda hay mucho trabajo. “Eso es lo que se dice”, confesó Mayid, un paquistaní que también piensa en cambiar de país. “Trabajaba en la Nissan y ya llevo muchos meses en paro”, cuenta, y añade en castizo castellano: “Para los inmigrantes la situación no es mala. La situación es muy jodida”.

PROBLEMAS EN AUMENTO A
diferencia de colombianos y bolivianos, que suelen regresar a sus países, los paquistanís no se plantean volver. “Los problemas de pobreza, paro y corrupción que nos empujaron a emigrar son hoy en Pakistán mayores que cuando nos fuimos”, afirma Yaved Ilyas, presidente de la Associació de Treballadors Paquistanesos.

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