Iglesias, escuelas y organizaciones en pro de los migrantes se congregaron ayer en la Plaza de la Constitución, para rezar el vía crucis y solidarizarse con el sufrimiento de los connacionales.

La cruz de madera, que representa la pasión de Cristo, recorrió las 14 estaciones colocadas por el parque central, cuyos decorados comparaban el sufrimiento de Jesús con el de los migrantes a su paso por México.

“El emigrante se ve obligado a cargar la cruz del maltrato…”, opinó una señora que leía la primera estación, donde se observaba una cruz frente a un tapiz de periódicos con noticias sobre vejámenes, asesinatos y violaciones a migrantes.

El colegio Monte Carmelo presentó una escena musical donde autoridades de migración fronteriza golpeaban a connacionales. Luego formó un tren, en representación del “tren de la muerte”, pues muchos caían y morían.

En otra estación, 10 mujeres se disfrazaron de esposas de migrantes. Con caras tristes y muñecos en brazos aludieron a la soledad de la separación familiar que causa la migración.

“Estamos preocupados porque los gobiernos centroamericanos están tímidos para negociar sobre el tema migratorio, y todos los convenios internacionales se quedaron en el papel”, lamentó Mauro Verzzeletti, secretario de la Pastoral de Movilidad Humana.