El Palacio de Justicia, la nueva Babel

Diario de Noticias, 28-03-2009

Dios castigó a los hombres confundiendo las lenguas por su pretensión de alcanzar el cielo con una torre, dice la Biblia, una maldición que se vive diariamente en los juzgados y comisarías navarras, donde el aumento de la inmigración generó el año pasado una demanda de 1.235 servicios de traducción e interpretación, más de tres al día.

La legislación española garantiza el derecho de los detenidos y acusados que no dominan el castellano a entender y ser entendidos. De hacer efectivo ese derecho se encargan medio centenar de profesionales que desempeña su labor en los órganos judiciales y en las dependencias de los distintos cuerpos policiales que prestan servicio en Navarra.

Los idiomas más demandados son el rumano, francés, árabe, inglés y búlgaro, explica Jon Arbizu, gerente del Centro de Comunicación Internacional (CCI), empresa que desde hace ocho años se encarga en exclusiva de garantizar que si un senegalés que sólo habla wolof va a ser juzgado pueda contar con un intérprete o de que un chino pueda interponer una denuncia aunque sólo domine su lengua materna. “Cuando empezamos, los idiomas más solicitados eran los europeos, pero los servicios han crecido al ritmo del flujo de la inmigración”, apunta.

Los cambios demográficos también se traducen en una variación de las lenguas demandadas. “Al principio había un gran número de solicitudes de ruso y polaco, ahora casi no nos los piden, a diferencia del rumano y el búlgaro, que los han desplazado en el listado de idiomas más reclamados, junto con el francés e inglés”, explica. “El árabe se mantiene estable – añade – , aunque se ha notado un alza de peticiones para personas de países del África subsahariana, que demandan inglés e incluso, cada vez con más frecuencia, dialectos, que en lugares como Mozambique pueden superar el centenar”.

Cada año los juzgados reclaman unos 30 idiomas, lo que pone a prueba la capacidad de búsqueda del CCI. “El único que no pudimos encontrar en su día fue un intérprete de somalí para un caso de asesinato. El traductor tuvo que ser enviado desde Madrid. Últimamente también hemos tenido problemas para localizar traductor de coreano”, explica.

A la creciente variedad de idiomas requeridos, que obliga a buscar expertos incluso en otras comunidades, se suma la urgencia como otro de los problemas a los que se enfrenta el centro. Cuando se trata de vistas programadas el CCI puede llegar a disponer de meses para localizar traductores, pero en cuestión de arrestos se exige más celeridad, por ello brinda un servicio de guardia de ocho de la mañana a ocho de la noche. “En ocasiones nos piden intérpretes para el mismo día y debemos enviarlos en cuestión de horas. Si necesitan inglés, francés o alemán la respuesta es inmediata, y en un par de horas podemos conseguir, por ejemplo, intérpretes de ruso o wolof”, apunta. “Nos han insinuado la posibilidad de ofrecer servicio nocturno, pero es imposible tener a toda la plantilla en alerta por si se detiene a un extranjero durante la noche”.

La urgencia y el tipo de idioma marcan las tarifas. El centro cobra por una interpretación no urgente de inglés o árabe unos 43 euros por hora, mientras que la asistencia urgente de albanés o ucraniano alcanza los 84,3 euros.

También el nivel de formación de los profesionales del CCI varía en función de la lengua. Para inglés, francés alemán o euskera los traductores suelen ser españoles licenciados o diplomados en Traducción e Interpretación o Filología, pero para el resto el perfil baja al mismo ritmo que crece el exotismo del idioma. “No podemos pedir que los traductores de lingala, por ejemplo, estén licenciados en Filología Hispánica, pero sí procuramos que sean oriundos del país cuya lengua se demanda y que hayan cursado estudios universitarios, en caso de que esto no sea posible evaluamos su nivel de castellano”, dice Arbizu.

El celo a hora de garantizar la preparación de los traductores está justificado. Una traducción incorrecta puede llegar a ser un delito, según advierten algunos jueces, o generar controversias, como ocurrió en el juicio del 11 – M. “Las traducciones escritas están garantizadas porque se dispone de más tiempo para realizarlas, los problemas pueden surgir en las orales. Además, se debe tener en cuenta que el mundo judicial no es como el de la sanidad y la educación. Si a alguien le pillan robando tratará por todos los medios de que el idioma sea un problema y hará lo posible para que no se le entienda, algo que no haría en caso de tener necesidades sanitarias”, explica Arbizu, quien sin embargo, ve improbable polémicas similares a las del 11 – M en Navarra. “Aquí los temas son más livianos: disputas, hurtos… y no requieren equipos de abogados que recurran matices de la traducción como estrategia legal”.

cocinero del acusado El gerente del CCI destaca la importancia de contar con un intérprete para garantizar que no haya errores en los informes judiciales y policiales que lastren el proceso. “Esta semana tuvimos un juicio por la violación de una prostituta de Sierra Leona. La víctima negó algunos datos recogidos en la declaración realizada en comisaría aduciendo que no había sido entendida correctamente porque no había contando con intérprete”, explica a este respecto.

Algunas colonias de inmigrantes son muy reducidas en Navarra por lo que existe el riesgo de que el intérprete conozca al acusado o a su víctima. “Una vez localizamos a un paquistaní y era el cocinero del acusado. En tales casos aplicamos nuestro código ético y ponemos el hecho en conocimiento de las autoridades. Para solucionar este tipo de problemas buscamos traductores en un ámbito geográfico distinto al que pertenece el acusado”, aclara.

Además de atender los juzgados para interpretaciones y traducciones de citaciones, autos, sentencias, etc., los empleados del CCI también son requeridos para operaciones policiales más arriesgadas, como asaltos y registros domiciliarios, así como para bodas mixtas civiles. Su trabajo en este último caso incluye la traducción de cuestionarios dirigidos a comprobar si se trata de uniones de conveniencia.

El centro también ofrece servicios comerciales, en su mayoría a empresas, que abarcan desde la traslación a otros idiomas de webs o catálogos a la traducción de manuales de electrodomésticos o la realización de labores de interpretación en conferencias o cursos.

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