"Entiendo que en el centro de Deba haya dureza, pero en ningún caso malos tratos"

Diario de noticias de Gipuzkoa, j. napal, 28-03-2009

donostia. Apenas lleva dos semanas abierto y los problemas no cesan. El encaje del centro de Deba para menores con problemas graves de conducta está siendo más problemático de lo previsto, aunque Etxaniz espera que las aguas vuelvan a su cauce en breve.

¿Son todos los usuarios del centro tan malos?

Se reparten más de 286 causas judiciales entre 22 chicos. No voy a decir más. Compartimos muchas de las cuestiones que planteaba el joven que ha salido hoy (por ayer) en vuestro periódico, pero la percepción que muchas veces tienen jóvenes como él sobre el incumplimiento de normas es muy diferente al nuestro. Arrastran problemáticas que ni siquiera imaginamos.

¿Qué sistema de trabajo se está llevando a cabo en este centro?

Es un programa muy básico, con el objetivo de que adquieran las habilidades suficientes que hasta ahora no han tenido. Aprender a convivir.

Pero se han fugado.

Es que no quieren barrer, ni fregar ni hacer las camas.

¿Cuando habilitaron este servicio no intuían una respuesta así? ¿No era previsible teniendo en cuenta su perfil tan complejo?

(Silencio) Sí habíamos contemplado su tipología, al igual que lo hemos hecho con los que tienen problemas de consumos, que están en un centro especializado y se están recuperando. Pero estamos hablando de un colectivo que no admite ninguna norma mientras que son muy conocedores de sus derechos.

Han creado este recurso específico, pero se está demostrando que no vale para ellos.

La pregunta que surge es la siguiente: ¿son menores que tienen que seguir en el sistema de protección?

¿Y cuál la respuesta?

Un cambio normativo y la posibilidad de reagrupar a quien no responda a ningún sistema de trabajo.

¿Resta credibilidad a las denuncias interpuestas por dos grupos de menores acogidos en Deba que hablan de “abandono” y “malos tratos”?

No voy a entrar ahí. Es algo que se está investigando y ya veremos. Lo que sí hay que decir claramente es que se trata de un centro de contención, una medida que establece claramente el decreto para esta tipología de chavales. Todos los usuarios de este servicio han sobrepasado el listado de faltas graves. El recurso de contención es el último paso que podemos dar, algo que hasta ahora no habíamos habilitado pero no nos ha quedado más remedio.

¿En qué se traduce esa contención?

Es una situación dura de gestionar, y entiendo que habrá momentos de dureza en esa contención, algo que en ningún momento se puede identificar con malos tratos. Ahí no se agrede a nadie.

¿La actuación del equipo que trabaja en este centro está siendo correcta?

Quiero mostrar mi agradecimiento y trasladar un mensaje de ánimo a todas las personas que trabajan en el sistema de protección. A los educadores y educadoras, en especial al equipo del centro de Deba, al personal técnico de la Dirección General de Infancia y Juventud y a todos los profesionales que diariamente realizan un trabajo callado en pro de la protección de todos los menores, sin diferenciar entre autóctonos y extranjeros, y que muchas veces son cuestionados en su difícil tarea.

¿Van a organizar una visita a este centro, como ha solicitado Ezker Batua?

En otros momentos también se ha hecho, pero hay una cuestión que no podemos olvidar, como es la de preservar la intimidad de los menores. Hay un marco legislativo muy claro que hace falta cumplir. La visita se hará, no hay nada que esconder.

El Ararteko les ha solicitado información sobre el funcionamiento de este centro. ¿Están colaborando con la institución?

Por supuesto, es algo muy habitual. ¡Cómo no vamos a colaborar!

¿Es difícil defender su gestión con esa constante referencia delictiva?

El árbol no debe impedirnos ver el resto del bosque. Estamos muy preocupados por la situación que está originando ese 10% de chavales. Nosotros también vivimos en Gipuzkoa, pero no se puede decir que sean todos igual. En vuestro periódico aparecía un chico que decía que no tenía nada que ver con ellos. Estamos totalmente de acuerdo con él y con los 200 que son como él.

¿Su ‘divorcio’ con SOS Racismo no acaba por perjudicar aún más a los menores?

No lo vivimos así. Creemos que SOS Racismo no ha sabido interpretar cuál es su papel y está interfiriendo en nuestra labor de tutela. Esa labor nos corresponde a nosotros. Puede criticar, pero no entrometerse.

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