madrid – El Gobierno ha tenido que enmendarse la plana a sí mismo y ha renunciado a recortar en 59 millones de euros el Fondo de Acogida e Integración de los Inmigrantes. El tijeretazo lo había aprobado el Consejo de Ministros el pasado día 13. Ayer, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anunció que en «un mes o mes y medio» se restituirá esta partida.
La presión de las comunidades autónomas y de la oposición ha forzado la rectificación de una decisión que afectaba al núcleo del discurso del Ejecutivo para defenderse de la crisis. Es decir, a la promesa de que la penosa situación económica no provocará recortes sociales.
Como informó LA RAZÓN el pasado martes, el Ejecutivo ha empezado a recortar partidas de gasto social: un 30 por ciento el citado fondo de ayuda a los inmigrantes, un 40 por ciento la cantidad presupuestada bajo el epígrafe «Acciones de la lengua de signos y medios de apoyo a la comunicación oral», y otro 34 por ciento el Plan de desarrollo gitano.
En total, la reducción de fondos alcanza los 61 millones de euros y se produce después de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara un Acuerdo de Ajuste Presupuestario de 1.500 millones, que afectaría a todos los ministerios y a todas las partidas con el fin de liberar recursos para mantener el gasto social.
Las comunidades del PP acordaron el pasado miércoles hacer frente común contra la merma de prestaciones sociales para colectivos vulnerables que están bajo su competencia. Y el PP también había denunciado la situación en el Congreso. Pero ayer fue ERC quien levantó la voz en la Cámara Baja y ante el ministro de Trabajo. El diputado Joan Tardà le advirtió de que el «recorte» era una «perversidad» y le echó en cara la promesa de Rodríguez Zapatero de no tocar las ayudas sociales.